Las curiosidades de Montera, una calle con mucho más que rincones de «vida alegre»

En total son diez calles las que desembocan en la Puerta del Sol pero, sin lugar a dudas, hay una que todo el mundo conoce y no precisamente por las bondades de su tejido comercial. Desde la Gran Vía llega la Calle de la Montera, donde en cada portal hay un hueco para la «vida alegre» pero donde también han ocurrido otras cosas, algunas de ellas más trágicas, como el incendio que arrasó los Almacenes Arias y del que ya han pasado 29 años.

Justo ayer, frente a su placa conmemorativa, se celebró el tradicional homenaje a los diez bomberos que murieron en dicho incendio en el año 1987. Aquello ocurrió en el número 31 de Montera cuando mientras se sucedían las labores de extinción, el inmueble se derrumbó sobre los bomberos, que no pudieron salvar la vida.

Precisamente para presevarlo y evitar que desaparezca una de las joyas ocultas de esta calle se creó una página en Facebook que quiere que esta obra de arte, que en su día no fue considerada así por todos, no se diluya con el paso de los años.

Firmado en rosa

Desde las alturas, frente a los cines que hoy ocupan el lugar de los desaparecidos Almacenes Arias, vigila el transcurrir de los paseantes la única firma que se conserva de uno de los pioneros del grafiti en la capital, Juan Carlos Argüello, para algunos el Bansky madrileño y, para todos, «Muelle». Falleció de cáncer en 1995 con sólo 29 años pero, mientras su firma esté ahí, permanecerá en el recuerdo de los madrileños.

Vive, el grafiti, en el 33 de Montera y se veía, siempre que no lo tapara un andamio, desde la que fue la primera sede de Ahora Madrid, el partido que entonces no conocían muchos y que, con el paso de la campaña, terminó llevando a Manuela Carmena hasta el despacho de Alcaldía, en Cibeles.

Hamburguesas, Metro y templetes

Haciendo esquina con la Gran Vía, y con una chapa que así lo confirma, está el primer McDonalds que se abrió en España. Esto ocurrió el 9 de marzo de 1981 y, hasta una década antes, cuando fue desmantelado antes de ser trasladado a Galicia, frente a ese local estaba el Templete de San Luis, en la plaza donde se confunde Montera con la Red de San Luis.

Y el templete, además de alegrar la vista de los turistas, hizo las veces también de boca de Metro, cuya línea 1, la primera de todas, también discurría —y aún hoy lo hace, obras mediante— bajo sus baldosas. Sobre ellas, piden paso los tacones y vestidos cortos, amén de los turistas y locales bolsas en mano. Pero eso ya no son curiosidades, lo sabe todo el mundo.