Centenares de niños reciben clase a menos de diez grados en la escuela de música de Arganzuela

La mayoría de los 450 alumnos del centro de Almudena Cano son niños de entre 4 y 12 años. En verano habían reparado el sistema tras permanecer cuatro años sin calefacción

Uno de los calefactores cedidos por la empresa de mantenimiento ABC
Tatiana G. Rivas

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«Congelados». Los 22 profesores que imparten clase en la escuela de música municipal Almudena Cano , en Arganzuela (Pasaje Tortosa, 4), no pueden más con las condiciones laborales en las que tienen que desarrollar sus funciones desde hace dos días. No es la primera vez. Han tenido que trabajar durante cuatro años sin calefacción y, en plena ola de frío, no están por la labor de soportar más la dejación municipal. «Supuestamente este verano nos lo iban a arreglar, pero han hecho una chapuza y ya no funciona», protesta Allison Montoya, una de las profesoras que además es delegada de riesgos laborales y presidenta del comité de empresa. Como solución temporal, la empresa de mantenimiento, que no da con el problema, les cedió este martes once estufas para las once aulas. Al encender todas a la vez los plomos saltan. «Un desastre», lamenta la docente.

El centro cuenta con 450 alumnos que, en su mayoría, tienen edades comprendidas entre los 4 y los 12 años. Los más pequeños, que no tienen que tocar instrumentos, reciben las clases con abrigo y bufanda . Los más mayores, sobre todo los que tienen que tocar instrumentos de cuerda, no pueden llevar chaquetas: es incompatible con su aprendizaje. El centro se plantea interrumpir las clases . «El Decreto Ley 486/1997 ampara a los trabajadores para que no desarrollen su labor con menos de 17 grados y una máxima 27 grados. Si alguno de los docentes dice que se va, está amparado por la ley. Existe buena voluntad y se están haciendo paros para salir, tomarse café y calentarse, pero no sé cuánto más van a aguantar», afirma Montoya.

Un millón que no llega

Desde el Partido Socialista , la concejal responsable de los asuntos culturales, Mar Espinar , denuncia la situación y destaca que se trata de un problema que se repite año tras año. «No sé qué necesita la Junta de Distrito para reaccionar. Es un sitio donde se dan clases a niños. Hay que garantizar ciertas condiciones laborales», manifiesta. A juicio de Espinar, el deterioro de las escuelas de música y danza municipales comenzó con los gobiernos del Partido Popular, y carga contra la actual Corporación de Ahora Madrid por su inacción frente a este asunto.

«El año pasado el PSOE presupuestó un millón de euros para las escuelas de música. Sabemos que se han renovado instrumentos musicales y material de los centros. Está muy bien, pero es una obviedad que las escuelas de música son una prioridad para Madrid», afirma Espinar.

Allison Montoya indica que es un «problema heredado del PP»: se necesitan unas inversiones para renovar las instalaciones que no llegan. En verano se cuecen y en invierno se hielan. El centro de Arganzuela no es el único de los 13 centros del Ayuntamiento que padece estas carencias. La Escuela Municipal de Música Carmelo Alonso Bernaola (Fuencarral), la de Vicálvaro y la de Plácido Domingo (Retiro) también están en estas condiciones. Los trabajadores esperan ser atendidos con urgencia.

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