Carmena vigilará los contenedores de basura y sancionará a quien tire «residuos impropios»

Más de 300 inspectores intensificarán los controles en los puntos negros de suciedad en la ciudad durante tres meses

Madrid Actualizado: Guardar
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El gobierno de Manuela Carmena no duda en reconocer que Madrid está sucio y que sus esfuerzos durante estos siete meses no han dado frutos. «Es una situación que preocupa de forma importante a la ciudadanía y al Ayuntamiento de Madrid», afirmó la delegada de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, en el Palacio de Cibeles este jueves. La edil compareció para dar cuenta del mal estado de las calles de la ciudad, donde la basura se acumula en numerosas zonas. «Reconocemos que el problema persiste pese a las actuaciones», alegó y subrayó que están atados de manos con el contrato que pactó el equipo de Ana Botella (PP) con las cuatro contratas de limpieza. La Corporación ha vuelto a comprometerse con una fecha para dar una solución definitiva a este asunto: mediados de febrero.

[Consulta el mapa de la suciedad en Madrid]

«Si no hay posibilidad real y objetiva de cumplir el contrato, nuestra obligación es, de forma pactada o con los mecanismos contemplados en la ley, trabajar en la rescisión de los contratos, a la vez que volver a reorientarlos», sentenció la máxima responsable de la limpieza de Madrid.

Para mejorar esta coyuntura, la concejal anunció una medida inmediata que comenzará esta misma semana y que se llevará a cabo durante los próximos tres meses: los 321 inspectores que normalmente vigilan cómo depositan los ciudadanos los residuos en los contenedores intensificarán sus labores de control. Estos trabajadores municipales sancionarán con 750 euros a quien deje basura en un cubo que no sea el correspondiente, en la acera o que en su bolsa haya introducido algún residuo «impropio» (pilas, baterías, termómetros, tinta de impresoras, etc.). Estos controladores llevarán a cabo una labor de concienciación medioambiental en los infractores.

Con esta medida se diseñará un mapa de puntos conflictivos, donde se tratará de analizar si el problema es cívico o de las empresas de limpieza (Ferrovial, Sacyr, OHL-Ascán y FCC) o de ambos.

Barrios privilegiados y pobres

La delegada informó de que se va a realizar «una investigación en profundidad» de los contratos integrales porque hay un desequilibrio, a juicio del Ayuntamiento «grave» e «injustificado», entre los diferentes distritos y barrios. Se refirió en términos de euros invertidos por habitante y por metros cuadrados, aceras y zona por año. Un desajuste marcado «desde el origen» de la contratación. El gasto promedio de limpieza por euros/habitante/año es de 48,14 euros, pero la diferencia es notable por lotes. El 6, que afecta a o Carabanchel, Usera y Villaverde, es el que representa la dotación económica más baja, 36,27 euros; el lote 2, que incluye Arganzuela, Chamartín, Salamanca y Retiro, asciende 52,22 euros, y el mayor, el lote 1, de 73,99 euros.

El Ayuntamiento denunció que el presupuesto destinado a limpieza se ha reducido desde 2009 un 32,65%, pasando de 228.919.799 euros a 153.711.676 en 2015. «Para volver al presupuesto de hace seis años habría que incrementar el presupuesto actual en un 48,47%, previa modificación de los contratos», especificaron desde el Área de Medio Ambiente. «Nuestro objetivo principal de aquí a febrero es seguir reconduciendo la situación, pero no descartamos nada».

El Consistorio advirtió de que están tramitando varias modificaciones sobre los mismos, pero, como detalló la delegada, solo aquellas que permitan los pliegos o se hayan previsto en el anuncio de licitación públicos. Así se estipula en el artículo 105 de la Ley de contratos del Sector Público. Uno de los aspectos que no pueden cambiar es el del destino del dinero retraído a las empresas por incumplimiento de los indicadores (un 20%), que en ningún caso puede gastarse en limpieza, manifestó Sabanés.

La edil anunció la celebración de un pleno extraordinario de limpieza para lograr el consenso del resto de grupos políticos (PP, PSOE y Ciudadanos) para «barrer» en la misma dirección.

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