Carmena instala un radar móvil en el carril reabierto de Galileo

El Ayuntamiento vigila la circulación con controles «esporádicos y no permanentes». Solo ha habido una denuncia en una semana

Un coche circula por la calle de Galileo, ayer, junto a la zona peatonal ISABEL PERMUY
Ignacio S. Calleja

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La semipeatonalización de la calle de Galileo , en el distrito de Chamberí, cuenta con un nuevo elemento de discordia. El Ayuntamiento de la capital ha instalado radares móviles para controlar la velocidad de los vehículos en este tramo, de apenas 70 metros y hasta hace una semana cerrado a la circulación de coches. Las cámaras forman parte del dispositivo de vigilancia que el Consistorio, a través de sus agentes de Movilidad y la Policía Municipal, puso en marcha tras la apertura parcial de la vía, cuyo único carril está limitado ahora a 20 kilómetros por hora. La zona peatonal, sin embargo, sigue intacta.

Desde el área de Medio Ambiente y Movilidad, que dirige Inés Sabanés , explicaron a ABC que estos controles son «esporádicos y no permanentes». Aunque asociaciones vecinales como El Organillo advierten un «interés recaudatorio», el Ayuntamiento insiste en que el objetivo no es otro que hacer un seguimiento de cómo afecta al tráfico la reapertura de la calle, después de casi tres meses clausurada. «Queremos hacer un seguimiento de la implantación de la medida y reforzar la seguridad vial», argumentan.

Como informó este periódico, el jueves pasado se reabrió a medias el tramo semipeatonalizado –entre las calles de Fernando Garrido y Meléndez Valdés– tras semanas de críticas y protestas de los vecinos y los grupos de la oposición (PP, PSOE y Cs). El carril, que hasta entonces estaba reservado al paso de bicicletas y vehículos de Emergencias, ahora también permite la circulación de coches.

Mandato del Pleno

El Pleno de Cibeles ya acordó en su sesión del pasado mes de junio que el Gobierno de Manuela Carmena debía revocar esta medida y devolver a la calle de Galileo su estado original. La apertura, aunque atiende una parte de este mandato, ignora otra de las quejas de los colectivos vecinales : el área peatonal. Se mantiene intacta a pesar de que el propio Ayuntamiento reconoció –tras una petición de información del PP– que algunos de los elementos instalados son ilegales. Aunque las jardineras y bancos cumplen la normativa, la mesa y el cartel informativo «no están homologados».

Esta reapertura también incluye cambios en Fernando Garrido, que recupera el sentido de circulación anterior y las plazas de aparcamiento para residentes perdidas, y un trabajo de control y comunicación. Según indicaron fuentes municipales tras revocar la medida, los agentes de Policía Municipal y de Movilidad llevarán a cabo hasta la primera semana de septiembre una labor de vigilancia e información. Lo que no se dijo es que se instalarían radares móviles.

400 vehículos

Las cámaras, no obstante, no funcionan todo el día. Los comercios y vecinos explican que los controles se desarrollan fundamentalmente por la mañana. Además, las multas por exceso de velocidad han sido prácticamente nulas en la última semana. La concejalía de Medio Ambiente y Movilidad señala que se han controlado en torno a 400 vehículos, con una sola denuncia en este periodo. El Consistorio cree que estas cifras remiten a la fisonomía del carril, así como la nueva señalización a ambos extremos de la calle. También la presencia de los agentes, con un efecto disuasorio.

Aunque en principio se anunció que la labor de control y vigilancia acabaría la primera semana de septiembre, los plazos no están ahora tan definidos. La concejalía advierte de que la finalización de este dispositivo «dependenderá de los resultados que se vayan obteniendo» estos días.

En cualquier caso, la ausencia de vigilancia por la tarde alimenta la teoría que defienden algunos grupos como el PP, que sostiene que la coexistencia de los coches con los peatones «multiplica la sensación de inseguridad ». «Lo que queremos es una reversión completa como acordó toda la oposición en el Pleno, no este arreglo a medias», señalan fuentes populares.

La consideración sobre el «fin reacudatorio» de la medida obedece a que este tipo de multas son las segundas con las que más recauda el Ayuntamiento. Según cifras de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), el año pasado se impusieron un total de 615.852 sanciones por exceso de velocidad, lo que supone un ingreso superior a los 78 millones de euros.

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