La Basílica de San Francisco El Grande, vista desde el parque de La Cornisa
La Basílica de San Francisco El Grande, vista desde el parque de La Cornisa - BELÉN DÍAZ

A la búsqueda de restos arqueológicos en San Francisco el Grande

El Ayuntamiento iniciará este año un estudio del parque de La Cornisa, a los pies de la basílica, por los indicios de que alberga elementos patrimoniales de los siglos XVII y XVIII

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La memoria del parque de La Cornisa, ubicado a los pies de la Real Basílica de San Francisco el Grande, apunta a la posibilidad de que el espacio esconda importantes restos arqueológicos de los siglos XVII y XVIII. El Ayuntamiento de la capital iniciará este año un estudio a fondo sobre una superficie aproximada de 2.000 metros cuadrados, en la zona más próxima al templo, con el objetivo de avanzar en el estudio, la protección y puesta en valor de los elementos históricos, arquitectónicos y patrimoniales del entorno.

La iniciativa, desarrollada por una propuesta del grupo municipal socialista, se aprobó el pasado 15 de diciembre, en el último pleno del año del distrito de Centro. La moción salió adelante con el voto a favor de todos los grupos –PSOE, Ciudadanos y Ahora Madrid–, a excepción del PP.

Fuentes municipales explicaron a ABC que aún no se ha elaborado un calendario para la puesta en marcha de la investigación, pero prevén que se adjudique a lo largo de 2017 y entonces se pueda comenzar a trabajar sobre el terreno. La propuesta tendrá al menos dos meses de demora por la prórroga de los presupuestos, tras la negativa del PSOE. No obstante, como ha venido informando este periódico, esta y otras acometidas están cerca de desbloquearse por el acercamiento entre Ahora Madrid y los socialistas.

La zona en la que se actuará es una pequeña parte del parque, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Zona Arqueológica, cuya extensión llega hasta la Cuesta de las Descargas; una superficie verde de 60 x 30 metros. La proposición se sustenta, fundamentalmente, en los trabajos del arquitecto Vicente Patón, fallecido el pasado 7 de junio y estudioso del lugar. Según sus análisis, las posibilidades de encontrar restos arqueológicos son muy elevadas por su «gran significación» patrimonial.

Sobre este espacio se halla el emplazamiento y los posibles restos del convento medieval de San Francisco, así como los cimientos del claustro barroco homónimo. De hecho, en la fachada que mira al parque de la Dalieda de San Francisco, al sur del templo, aún se reconocen las ruinas del muro del convento primigenio.

Añade Patón que entre los posibles elementos que yacen escondidos en el subsuelo destacan los restos de las casas y jardines de Baltasar Gil Imón de la Mota. Según apunta el periodista y cronista de la Villa Pedro Montoliú, en su libro «Madrid, Villa y Corte: calles y plazas» (Sílex. 2002), estas se situaban en los alrededores de la actual calle de San Bernabé. Gil Imón, recordado con una vía en la zona, bautizada como Recinto Histórico de Madrid, fue fiscal de los Consejos y gobernador del Consejo de Hacienda en 1622, hombre de confianza del duque de Lerma en tiempos de Felipe III.

Los historiadores coinciden en que todo el parque era una zona verde diáfana, cuyas únicas construcciones eran la casa del gobernador y los límites de la basílica y el convento de San Francisco el Grande. El patio del claustro conectaba con los huertos franciscanos, ubicados muy cerca del palacio de los Duques de Osuna, en el área que hoy ocupa la calle del Jerte.

«Cuidar nuestra historia»

Además, la maqueta elaborada por León Gil de Palacio sobre el Madrid de principios del siglo XIX sitúa entre estos regadíos una noria de tradición árabe, muy similar a la encontrada en 2015 en el Parque del Retiro. Esta, sepultada bajo la sala de fiestas Florida, databa del siglo XVII y, presuntamente, formaba parte del sistema hidráulico del emblemático jardín.

El edil socialista Chema Dávila, portavoz de su grupo en el distrito de Centro, declara a ABC que la proposición remite a un interés por «cuidar el patrimonio y la historia que nos une». «Nuestra intención es proteger y preservar la zona para evitar su destrucción, no queremos que en el futuro se construya encima y ya sea demasiado tarde», asegura. Dávila se refiere al plan urbanístico que el Gobierno municipal anterior proyectó en el entorno, tumbado por una sentencia judicial del año 2010, refrendada en 2013.

La moción aprobada en el Pleno del distrito propone «estudiar primero y actuar después», en el marco de una intervención cuidadosa destinada a proteger el patrimonio e integrarlo en la ciudad. Así, aboga por un tratamiento diferenciado del parque, alejado de los usos actuales y más próximo a su historia. La proposición establece que se estudien los elementos arqueológicos y, en caso de encontrarlos, «ponerlos en valor y potenciarlos».

Ver los comentarios