Barbero dice que enviar policías al botellón es como mandarlos a un centro de toxicómanos

El Ayuntamiento de Madrid lanzó ayer un órdago a la Comunidad para que modifique la Ley Antibotellón, de 2002, y poder conmutar las multas por esta práctica por cursos de concienciación. Una iniciativa que la propia presidenta regional, Cristina Cifuentes, calificó de «completamente ineficaz». El Consistorio pretende así dejar la pelota en el tejado del Gobierno autonómico a sabiendas de que esa idea no llegará a buen puerto. Se le preguntó al concejal si todo ello no significa que el actual Ayuntamiento sea más permisivo con el consumo de alcohol en la calle, a lo que respondió que «los jóvenes saben diferenciar y que enviar a la Policía sería como enviarlos a los centros de drogodependientes».

Fue el edil de Salud, Javier Barbero, quien hizo la propuesta, durante la presentación de un programa contra el consumo de alcohol

en la calle. El plan busca menos sanciones y más concienciación, un punto de vista que, según Cifuentes, «ya se probó en su tiempo», sin resultados positivos. «No había unos cursos o actividad que fueran lo suficientemente coercitivos ni educativos para que los chicos comprendieran que no se puede invadir las calles de Madrid ensuciando y deteriorando el entorno», añadió.

Pero Manuela Carmena sigue en sus trece y apunta datos de entre los años 2012 y 2015 para apuntalar su tesis: en esa época se interpusieron casi 80.000 sanciones por «botellón», el 1% (800) a menores de edad. Barbero ha tenido que encargar un estudio para constatar de que «es una práctica muy arraigada entre los jóvenes de 14 a 25 años». La conclusión a la que ha llegado es que se colocarán unas carpas de la Cruz Roja y de la Asociación Bienestar y Desarrollo para, «sin moralinas y de tú a tú», informar a los chavales.