El Ayuntamiento de Madrid obliga al Florida Retiro a desmontar su terraza

El Florida Retiro, la renovada e histórica sala de fiestas enclavada dentro del parque homónimo, tendrá que desmontar su terraza. La Comisión Local de Patrimonio Histórico y el Departamento de Servicios Técnicos de la Junta del Distrito de Retiro, que preside Nacho Murgui, han denegado la licencia de obra para este espacio que la empresa concesionaria había construido antes de pedir el permiso oportuno. Ante los dictámenes desfavorables, la Junta ha emitido una «orden de demolición» de este espacio.

En concreto, tal y como consta en sendos informes a los que ha tenido acceso ABC, se trata de la «instalación de dos pérgolas de acero sobre las dos barras de servicio de bebidas situadas en la primera planta con un techo de vidrio y madera».

La pérgola oeste está formada por tres cubiertas sobre ocho pilares y la pérgola este se compone de una sola cubierta sobre cuatro apoyos. Estas columnas tienen en su base una placa de acero que permite que sean atornillados a la tarima y a los listones del entablado.

Esta solución, según justificaron los propietarios ante la Comisión Local de Patrimonio Histórico, «no altera la impermeabilización ni el forjado de cubierta del edificio y permite el desmontaje fácil». Los faldones de cubierta son de vidrio transparente, lo que permite el paso de la luz, y bajo los cristales se colocó una retícula de listones de madera natural que dan sombra.

Como ya adelantó ABC, esta terraza está operativa desde el 19 de marzo. El vocal del PSOE en el distrito Retiro, José Luis Dávila, denunció esta construcción en el Pleno de abril: «Lo más llamativo y escandaloso es que en la primera planta, rotulada como La Terraza, se ha montado, en poco tiempo, una pérgola adosada a su cubierta, con sus barras de hostelería techadas y equipadas con cámaras frigoríficas, agua y desagües, alterando el planeamiento, la morfología del edifico, la ordenación, y el medio ambiente», censuró.

«A nuestro juicio, se ha cometido una infracción urbanística de carácter muy grave», afirmó Dávila a este diario. Una tesis que ahora confirman los informes de Patrimonio y de los propios técnicos de Retiro. Fuentes de la Junta de Distrito confirmaron a ABC que estas actuaciones no «estaban contempladas en la documentación técnica vinculada a la concesión de obras y a la explotación del edificio». Las mismas fuentes destacaron que, con fecha del 27 de marzo -posterior a las obras-, se recibió una «Comunicación Previa para actuaciones urbanísticas» que contempla «la instalación de las pérgolas. «Antes de realizar cualquier actuación, se precisa una autorización de Patrimonio, debido al grado de protección que tiene el edificio», insistieron desde la Junta.

Una vez analizada toda la documentación presentada por los gerentes de la sala de fiestas, la Comisión Local de Patrimonio Histórico emitió el 28 de abril una resolución desfavorable, que refrendaron los Servicios Técnicos de la Junta. Posteriormente, el 23 de mayo el concejal-presidente Nacho Murgui emitió un decreto en el que se dictaba la orden de desmontaje.

El 2 de junio, la Sección de Disciplina Urbanística del Distrito dictó un trámite de audiencia previo a la orden de retirada de la instalación. La empresa que gestiona el Florida Retiro, Mercado Fuencarral S.A., dispone desde el 14 de junio de un plazo para formular alegaciones. No obstante, el director del Florida Retiro, Nacho Fernández, confirmó a este diario que ya han recibido la notificación y que procederán al desmontaje de la terraza el próximo lunes 26 de junio, sin agotar el plazo que permite la Junta, que expira el 5 de julio.

Capricho de Fernando VII

El restaurante Florida Retiro tiene como núcleo original la conocida como «Casa del Contrabandista», que es uno de los pocos edificios diseñados por el gran arquitecto neoclásico Isidro González Velázquez para el Rey Fernando VII a principios del siglo XIX. El inmueble, de 1.852 metros cuadrados, cuenta con una cúpula que data de 1817. En sus inicios, fue utilizada como una noria de sangre, es decir, un molino de agua empujado por animales. Después, se convirtió en un balneario donde acudía la alta burguesía, hasta que años más tarde se transformó en un salón de té.

Finalmente, cuando ya fue bautizada como Florida Park, logró que por allí se pasease una pléyade de artistas. Por su historia y su valor arquitectónico, el complejo está catalogado como edificio protegido. Además, está enmarcado en un parque que es Bien de Interés Cultural. Desde que comenzó la remodelación en 2014, el Ayuntamiento, entonces gobernado por el PP, vigiló de cerca los detalles técnicos de la rehabilitación. Tras dos años de trabajos, la icónica discoteca reabrió el 1 de octubre de 2016.