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La imagen de San José y el Sagrario sufrieron daños - ABC

Ataque a la capilla de la Autónoma: «La iglesia que más ilumina es la que arde»

Ese fue el mensaje que dejaron los radicales en la fachada del templo. Forzaron la puerta, pero no lograron entrar

Los autores son anticapitalistas y antisistema de un grupo de la universidad equivalente a Contrapoder de la Complutense

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Un grupo de radicales asaltó la pasada madrugada la capilla de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) con intención de quemarla. Para ello, reventaron dos ventanales con doble cristal enrejados y arrojaron al interior varios objetos incendiarios, supuestamente, cócteles molotov.

Aunque no lograron su propósito, las llamas dañaron la imagen de San José, el Sagrario, paredes y suelo, así como una puerta. El templo quedó ennegrecido por el humo debido al pequeño incendio que se desató en el interior y que se extinguió solo.

Los atacantes trataron de forzar la entrada sin éxito: de haberlo hecho, la capilla, probablemente, habría sido arrasada. En la fachada dejaron una pintada con espray rojo que decía: «La iglesia k más ilumina es la k arde», el mensaje anticlerical antribuido al anarquista Durruti, utilizado posteriormente por las feministas.

Una frase ofensiva para la religión católica.

Fue sobre las 7.30 horas cuando los vigilantes de seguridad descubrieron la profanación al percibir el olor a quemado mientras hacían la ronda para quitar las alarmas. De inmediato, avisaron a la Policía Nacional.

Investigan si llegaron en tren

La Brigada Provincial de Información y la Científica se han hecho cargo del caso. Investigan si los atacantes llegaron en el tren de Cercanías, situado al lado para lo que revisarán las cámaras de videovigilancia que han solicitado a la UAM. Respecto a la autoría, todo apunta a que se trata de estudiantes anticapitalistas y antisitema de la Autónoma, miembros de un grupo similar a Contrapoder, radicado en la Complutense, que trata de hacerse notar y calentar la universidad, ante futuras movilizaciones y huelgas.

El capellán, Miguel Fernando García López, eludió hacer declaraciones. Solo abría la puerta, cerrada a cal y canto, a los alumnos que llamaban. Oficia misa de lunes a viernes a las 8.30 horas y atiende hasta las 19. Remitía al comunicado del Arzobispado que lamentaba el acto vandálico. «Quiebra la verdadera convivencia en la sociedad. La universidad debería ser el lugar por excelencia de búsqueda de la verdad y confrontación racional de ideas, un lugar donde se defendiera la libertad, cuya expresión más auténtica se manifiesta en la libertad religiosa». Por último, mostró su agradecimiento por la condena

La pintada ofensiva fue borrada enseguida y dos enormes tablones tapaban los cristales reventados, con pequeños restos de vidrio en el suelo. Instalada en un pabellón (el B, en la planta baja), la capilla no tiene ni cruz ni ningún signo externo que la identifique. «En su día tenía un cartel pero lo debieron quitar, tal vez para evitar incidentes».

Restos de cristales en la ventana
Restos de cristales en la ventana - José Ramón Ladra

Este es el tercer ataque que sufre la UAM en un año. El 15 de junio de 2016 se profanó el interior con mensajes a favor del aborto y la educación laica; además de verter pintura roja por el suelo. «Hace un mes un grupo extremista, no sabemos si el mismo, dejó los suyos», explicaba el personal del centro. «No hay derecho a atacar así, si no te gusta que haya un espacio para los católicos aquí, protesta en el Rectorado, usa otras vías pacíficas, jamás la violencia», decían varios alumnos, entre ellos, Patricia y Jorge, estudiantes de Biología.

«La violencia no cabe en la Universidad»

«No es la forma de quejarse, independientemente de las creencias de cada uno; yo no soy creyente, pero lo que no puedes hacer es tomarte la justicia por tu mano», precisaba el segundo. «A mí me ha ofendido. Yo soy creyente y me parece una falta de respeto», recalcaba la primera joven, Patricia. «A mí no me parece mal que se cedan espacios para otros cultos, solo pido respeto para el mío».

Pablo, que se dirigía a hacer el último examen de este curso de 1º de Antropología, calificaba el ataque de «estúpido e innecesario. La violencia nunca está justificada y menos en la universidad, un lugar abierto a la reflexión y a las distintas opiniones». Marta, que cursaba Administración y Dirección de Empresas, calificaba de «atentado lo ocurrido. Hay que respetar todo tipo de pensamiento y religión».

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