Proyecto de Cordish en Torres de la Alameda
Proyecto de Cordish en Torres de la Alameda - ABC

«Era muy arriesgado»: los motivos que han llevado a Cifuentes a rechazar el proyecto de Cordish

La Comunidad desestima, por segunda vez, el complejo de Torres de la Alameda

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Las grandes cifras y promesas de Cordish para levantar su particular «Eurovegas» en Torres de la Alameda –56.433 puestos de trabajo y 2.200 millones de euros de inversión– no han convencido a la Comunidad de Madrid. El Ejecutivo regional dio ayer su no definitivo al macroproyecto «Live Madrid» en el segundo intento de la compañía americana para que su casino pudiera ser tramitado como un Centro Integrado de Desarrollo (CID), accediendo a las ventajas como construir en terreno rústico y a privilegios fiscales. ABC ya informó ayer de la inminente decisión del Ejecutivo regional y de las altas probabilidades de que el proyecto fuera rechazado definitivamente.

La consejera de Economía, Engracia Hidalgo, hizo pública la decisión por la tarde después de tildar de «muy arriesgado» el plan y de que una Mesa Técnica –en las que han participado todas las direcciones generales del Gobierno– comprobara que la nueva documentación no modifica sustancialmente la idea de negocio, basada fundamentalmente en el juego.

Un 10% sobre la superficie construida que, sin embargo y según los cálculos de la Comunidad, supone un peso del 63% del negocio frente al 15% destinado a alojamiento, el 12% de alimentación y bebidas o el 3% de entretenimiento.

Una propuesta, muy similar al fallido proyecto de «Eurovegas», que incumple así el carácter multisectorial –la integración equilibrada de actividades turísticas, de convenciones y congresos, de ocio, juego, culturales o comerciales, entre otras– que requiere la consideración de CID. «Cordish no presenta un impacto relevante, efectivo y duradero en el desarrollo económico, social y cultural de la Comunidad», aseguró la consejera.

En este contexto, Engracia Hidalgo anunció que el Gobierno regional promoverá un cambio legislativo para que los proyectos de interés regional que lleven asociados un casino tengan que desarrollarse en suelo público. El objetivo, según explicó, es evitar fomentar la especulación y que los ingresos que se generen reviertan en Madrid.

Primera aventura en Europa

Las diferencias, entre la primera y a segunda versión del proyecto, son básicamente la construcción de una piscina de grandes dimensiones denominada «playa» y el compromiso de abordar la totalidad de la fase, pasando de los 600 a los 2.200 millones. Sin embargo, el Ejecutivo no considera que la compañía aporte las garantías suficientes para acometer la inversión. «Es la primera vez que Cordish viene a Europa y lo hace multiplicando por cuatro su inversión más potente en Estados Unidos», opinó.

En ese sentido, la compañía solo aportaba el 35% con fondos propios y el 65% dependía de endeudamiento. «Aún así ese 35% de fondos propios está compuesto por una línea de financiación de una empresa filial en Canadá», añadió sobre las dudas que genera en la Administración.

Por otra parte, si se cumplieran las previsiones de la compañía americana, el macroproyecto recibiría 9,6 millones de visitantes en el primer año completo de operaciones, que llegaría en 2023. Una cifra, «sobrestimada» según los técnicos de la Comunidad, pero que supondría garantizar la movilidad de más de 30.000 personas al día en esa zona. Un hecho que conlleva altas cargas para la Administración. 

En la documentación aportada por Cordish solo se comprometían al desdoblamiento de la M-224 y a la puesta en marcha de lanzaderas de autobuses. Sin embargo, según los informes de la Dirección General de Carreteras e Infraestructuras sería necesario acometer proyectos como la MP-223 con un coste de 83,9 millones de euros. También implicaría mejoras en las carreteras de acceso norte como la M-300, M-203 y M-100 con un coste de otros 10 millones de euros, además de mejorar los accesos de la A-2 que dependerían de Fomento. Pese a que el promotor renunciaba en su proyecto a la mejora de la red ferroviaria, el Ejecutivo entiende que la parada de Soto del Henares, de la línea C-2 y C-7, requería una inversión relevante. En materia medioambiental y de urbanismo, apuntan a que el proyecto generaría una «isla» sin relación con Torres de la Alameda. Su alcalde, Carlos Sáez (PSOE), aseguró ayer sentirse «menospreciado» por la Comunidad tras conocer la decisión.

Cifras «sobrestimadas»

De este modo, la Comunidad cree que existe un elevado riesgo de sobrevaloración de las cifras. Las previsiones de la compañía estiman en cuatro millones el número de visitantes a su casino, cuatro veces más que los que se registran entre los dos establecimientos y sus salas adyacentes que hay ya en la región. «Esa cifra supondría acaparar el 70% de la demanda nacional solo en sus instalaciones», dijo Hidalgo.

A estos argumentos se suma la percepción de que el proyecto no tiene un impacto cultural relevante. Su «Salón de la Fama del Fútbol Mundial», un museo dedicado al Ratoncito Pérez y un centro de interpretación de las vías pecuarias no son «suficientes». «En relación al turismo, tampoco se justifica la puesta en marcha del CID. Supondría un 5% de crecimiento de turistas, menor al que actualmente experimenta la región», concluyó Hidalgo.

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