Ángel Antonio Herrera

La aleta

Estamos ante una pieza sólida y alta que prepara un riesgo a todos los usuarios de las calles Sagasta, o Carranza, o Alberto Aguilera

«Aletas de tiburón» situadas en la calle de Sagasta Maya Balanya
Ángel Antonio Herrera

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Desde la Plaza de Colón hasta la calle Princesa está quedando ultimada, por estos días, la aleta de tiburón , que fija el espacio de un carril para el transporte público. La aleta de tiburón es eso, una aleta alta y sostenida, no de hormigón, que hace estanco el carril del bus, respecto a la acera, por un costado, y respecto a la calle propiamente dicha, por el otro costado. La aleta de tiburón ya se ha probado en Madrid, con resultados desiguales y descontento general de los consumidores, que van desde el repartidor de furgoneta al ciclista de costumbre. En el mismo tramo largo, que hoy glosamos, ya existió la aleta de tiburón, y ahí cumplió a gusto de muy pocos.

Todo esto ya lo sabrá usted, alcaldesa, y precisamente por eso mismo ya sospecho que no va a darle un susto que yo aquí le traiga las quejas de los usuarios, que son quejas de vísperas, pero que son quejas de las vísperas de después, porque se conoce este paño, desde Gallardón. La aleta de tiburón pretende dar paso siempre abierto al autobús , y eso es una gloria, pero con eso quitamos facilidad a los de la bici, ahogamos el tránsito general, que padecerá una doble fila insólita, y desconcertamos al peatón, que va a convivir de infarto con los alegres ciclistas, que siguen bajo la preferencia de la acera a la ocasión de un carril propio, donde vivaquean las motos.

He estado ahí, por estos días, y ya hay lío. Lo habrá. No se le escapa a uno, alcaldesa, que es difícil contentar a la multitud, en casos de tráfico, pero la aleta de tiburón entraña un riesgo añadido a cualquier otra señalización. Estamos ante una pieza sólida y alta, la aleta, que deja aislado un carril para un autobús, pero que precisamente por esa condición de pieza, de mobiliario, de herramienta, prepara un riesgo a todos los usuarios de las calles Sagasta, o Carranza, o Alberto Aguilera, que son las calles beneficiadas, o perjudicadas, eso ya lo veremos. Hablamos del riesgo no poder transitar desde un carril a otro, en caso de necesidad o urgencia. Eso sí, va a evitar el estacionamiento rápido y de trámite. Al menos, el que se hacía arrimado a la acera.

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