Las vacaciones escolares terminaron ayer con el regreso a las aulas en toda la Comunidad
Las vacaciones escolares terminaron ayer con el regreso a las aulas en toda la Comunidad - MIGUEL MUÑIZ

La Xunta pedirá que el graduado escolar no dependa de la reválida

El conselleiro de Educación solicitará al Ministerio que el nuevo examen al final de la ESO no tenga efecto académico y que, al igual que las pruebas de 3º y 6º de Primaria ya en marcha, solo sirva para ver carencias y fortalezas del alumnado

Santiago Actualizado: Guardar
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El nuevo curso escolar que comenzó ayer tendrá una novedad al final del mismo: una reválida para los alumnos que terminen la ESO con la que no toda la comunidad educativa está de acuerdo. Es uno de los cambios que conlleva la entrada en vigor de la nueva ley educativa LOMCE: un examen global para los estudiantes de 4º de ESO. La intención es que este año sea solo una prueba experimental, pero a partir del curso 17/2018 comenzaría a tener efectos académicos: aquellos que la suspendan no recibirán el graduado escolar y no podrían, por tanto, acceder a la etapa siguiente de Bachillerato o ciclos formativos de grado medio.

La Xunta no comparte este extremo y, por este motivo, solicitará al Gobierno que el examen se mantenga únicamente como una herramienta de diagnóstico que permita conocer «las fortalezas y carencias del sistema educativo» .

Esto garantizaría que todos aquellos chavales que hayan aprobado el curso ordinario puedan promocionar y tener el diploma que acredita su formación básica. El Ejecutivo autonómico no quiere que ningún adolescente se quede sin el título por suspender dicha reválida tras haber logrado aprobar todas las asignaturas. Así lo avanzó ayer el conselleiro Román Rodríguez en una entrevista en la TVG.

Desacuerdo con «lealtad»

Esta es la fórmula que se ha venido aplicando en las pruebas finales de 3º y 6º de Primaria, iniciadas de manera sucesiva durante los dos últimos cursos y que no tiene consecuencias sobre el futuro de los escolares, sino que sirve tan solo para comprobar el nivel alcanzado por todos ellos. Rodríguez comprometió «lealtad institucional» en esta propuesta, pero su reclamación no oculta el desacuerdo con la iniciativa gubernamental. Considera «positivos» este tipo de exámenes y recuerda que «la gran mayoría de los países europeos las realiza».

Como beneficios de su implantación señala que la de 3º de Primaria ha servido «para definir de forma más acertada los contratos programa suscritos con numerosos centros, lo que redunda en un beneficio para el alumnado, al poder ajustarse más los programas de refuerzo a sus necesidades particulares».

Rodríguez no duda de la «voluntad y disposición negociadora» del Ministerio que, en funciones, encabeza Íñigo Méndez de Vigo. En esa misma línea confía en que el grupo de trabajo creado por dicho departamento y la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE) para dar forma a la nueva selectividad derive en una prueba «que no altere de forma significativa el sistema actual».

La Plataforma Galega en Defensa do Ensino Público, contraria a todas las reválidas, se manifestará mañana en contra de ellas y de los recortes que, asegura, se están aplicando. La primera jornada en las aulas transcurrió, no obstante, sin incidentes relevantes. En total, 200.000 alumnos volvieron a sus pupitres. Según los datos de la Consellería de Educación, el 80 por ciento de las reformas previstas en infraestructuras ha concluido y del 20 restante, más de un 10 ha sido adjudicado. El curso comenzó en todos los centros gallegos salvo en cuatro: en el CEIP A Lama y en el Doutor Suárez, de Fornelos de Montes, donde las reformas no han culminado; en el CEIP Santa Eulalia de Dumbría y en el de Arcediago (Melide) los padres no llevaron a sus hijos por disentir de los agrupamientos.

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