Vigo ignora desde 2010 un informe que urgía mejorar la potabilizadora

El PP acusa al regidor de exigir a la concesionaria «setos y flores» mientras juega con la salud de los vigueses

El alcalde replica que Feijóo trata de «ocultar su incapacidad» sembrando dudas sobre la calidad del agua

Estado en el que se encuentra el embalse de Eiras, del que sale el agua que se potabiliza en O Casal EFE

NATALIA SEQUEIRO

La sequía ha reavivado la confrontación entre el Ayuntamiento de Vigo y la Xunta de Galicia. La última batalla se centra en la estación potabilizadora de agua de O Casal . Pese a que el embalse de Eiras se encuentra al 38% de su capacidad, en los últimos días el agua llega turbia a los hogares vigueses . Para mejorar los niveles del embalse, la Administración autonómica ha accedido a reducir un 25% el caudal ecológico que se vierte al Oitavén desde la presa, con el fin de evitar que se seque el río. Pero responsabiliza a Vigo por no modernizar la planta potabilizadora. Desde 2010, el Ayuntamiento cuenta con un informe del Área de Servizos Xerais, en el que alertaba de que su estado era «obsoleto» y consideraba su ampliación «prioritaria y necesaria». En febrero de este año, otro informe, en este caso remitido al Ayuntamiento por la concesionaria Aqualia, volvía a insistir en la necesidad de modernizar la planta. El alcalde de la ciudad, Abel Caballero, afirmó ayer que no los recuerda .

Ambos documentos subrayan que «las instalaciones no permiten cumplir la legislación actual» y estiman necesaria una inversión de 21 millones de euros para la planta . Los problemas de la ETAP de O Casal son conocidos desde hace, incluso, más tiempo. Ya en 2004 el Ayuntamiento redactó un informe técnico para modernizar la potabilizadora y en 2006 licitó la Redacción del Proyecto de Mejoras, que cuatro años después seguía sin acabarse. Con Zapatero en el Gobierno, el alcalde Abel Caballero aseguró tener el compromiso de Medio Ambiente para poner encima de la mesa el dinero necesario y, en 2012, el entonces conselleiro Agustín Hernández anunció un nuevo acuerdo con el Ejecutivo central de Rajoy. Pero ni uno ni otro se ha materializado.

La portavoz del PPdeG en el Ayuntamiento vigués, Elena Muñoz, se sirvió ayer de los informes para acusar al alcalde de «jugar con la salud de los vigueses». En rueda de prensa, Muñoz censuró que en 2011 el regidor socialista prorrogó la concesión a Aqualia sin exigirle inversiones en la mejora de la ETAP de O Casal . «Le pide que humanice calles y ponga setos y flores», denunció la portavoz popular. Según Muñoz, a este fin se podrían haber destinado los 10,6 millones previstos. La exconselleira de Facenda resaltó que la reducción del caudal ecológico «nada tiene que ver con la sequía». La disminución, prosiguió, viene provocada por la «incapacidad del Gobierno local de garantizar agua potable más allá de 25 días» , según, afirmó, reconoce Aqualia en la solicitud que le hace a la Xunta. Las reservas del embalse de Eiras con una planta en condiciones óptimas llegarían para 75 días, explicó Muñoz.

Ataques

Pero los ataques a Caballero no llegaron sólo desde el PP vigués. El propio presidente de la Xunta, en una entrevista en Antena 3, o la conselleira de Medio Ambiente, en el Parlamento, se mostraron ayer muy críticos con la gestión realizada por el consistorio en torno a la alerta por sequía. Feijóo insistió en que «el problema en Vigo ya no es la cantidad, sino la calidad del agua» y acusó al consistorio de ocultarles información sobre la potabilización del agua . «Desde hace un año hay prealerta en Vigo y no hemos tenido notificación del Ayuntamiento de Vigo hasta hace un mes», señaló. En sede parlamentaria, Beatriz Mato acusó de deslealtad a Caballero. Recordó que «no es competencia de la Xunta de Galicia hacer infraestructuras de abastecimiento y saneamiento» y reprochó al regidor vigués que no las acometiese.

En declaraciones a los periodistas en Vigo, el alcalde se defendió acusando a Feijóo. Caballero consideró «gravísimo» que Feijóo trate de «ocultar su incapacidad, negligencia y desatención» a Vigo «sembrando dudas» sobre la calidad del agua de la traída, cuando «quien vigila» estos parámetros «es la Xunta». Según informa Efe, Caballero insistió en que el agua de la traída en Vigo es «cien por cien potable» y añadió que la modernidad u obsolescencia de la estación de O Casal no es óbice para que la potabilidad del agua de la traída sea «total».

El regidor indicó que si el agua está turbia es porque procede del fondo de la presa, y recalcó que la causa no es la potabilizadora, sino que la Xunta no accedió a rebajar el caudal ecológico del embalse de Eiras cuando lo solicitó hace dos meses y que no acometió las obras del trasvase de emergencia desde hace siete años. Preguntado por el daño que podría causar la reducción del caudal, Caballero aseveró que en 2011 se adoptó esta medida «y el río pervivió perfectamente».

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