Nicolás Gómez Naval y Florian Vlashi posan para ABC con sus instrumentos
Nicolás Gómez Naval y Florian Vlashi posan para ABC con sus instrumentos - IAGO LÓPEZ
25 AÑOS DE LA SINFÓNICA DE GALICIA

OSG: Testimonios de presente y futuro

Florian es uno de los pioneros de la OSG; Nico fue casi el último en llegar. Uno y otro forjan la alianza de generaciones en la gran familia de la orquesta herculina

La Coruña Actualizado: Guardar
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Florian Vlashi (Albania, 1963) confiesa que todavía guarda la carta que un amigo le envió en 1992 informándole de que habían convocado un concurso internacional en el que seleccionar músicos para una orquesta en La Coruña. Cuando participó en el primer concierto de la OSG —mañana se cumplirán 25 años—, Nicolás Gómez Naval (Viveiro, 1990) todavía iba a la guardería. Hoy ambos son músicos de la Sinfónica. Es el ciclo de la vida de una orquesta, el movimiento constante, la renovación obligada, el presente y el futuro imbricados en un mecanismo perfecto. ABC reúne en un distendido coloquio a uno de los ocho pioneros de la Sinfónica que siguen en el conjunto y a uno de sus valores emergentes, voz joven pero llena de sensatez.

«La OSG es una matrioska: dentro están los jóvenes, el coro, los niños...» Florian Vlashi, violín

Nico recuerda su primera vez en el Palacio de la Ópera. Estaba en la ciudad para unas clases con un profesor de trompa, su instrumento. «Yo debía tener 14 años o así; interpretaban la ‘Sinfonía Alpina’ y flipé», porque el chico de Viveiro «nunca había oído una orquesta tan grande». Pocos años después, por participar en la Joven Orquesta, lo invitaron a tocar con los mayores. «Fue un shock», revive, «recuerdo sentarme en la silla, escuchar a los violines y los contrabajos, y decirme ‘¡Dios, yo quiero hacer esto’». Y desde entonces no cesó en su empeño. Se impuso en 2015 a una audición a ciegas en la que participaron 86 aspirantes. Dejó su puesto en la Royal Stockholm Philarmonic por La Coruña. «Era un sueño hecho realidad, este era el público para el que yo quería tocar».

El público

La Coruña adora a su orquesta. Los músicos lo sienten. Cuando salen de gira «podría cerrar los ojos y saber que no es nuestro público», asegura Nico; «notamos el cariño de la ciudad absolutamente, los aplausos tienen su idioma, sus matices», añade Florian. Afirma que el público entiende incluso las emociones de la orquesta. «Sus aplausos en un momento difícil como fue la muerte de un compañero fueron estremecedores».

«El primer día que toqué con la orquesta decidí que me dedicaría a la música»Nicolás Gómez, trompa

«Notamos también muchísimo todo lo que nos aporta Dima (Slobodeniouk, la nueva batuta titular), con su energía, visión y repertorio». «Los cambios son necesarios, son como aire fresco», apostilla. Hay también palabras de cariño emocionado para el fallecido Alberto Zedda —«mucho sentido del humor, ¡y mucho genio»!— y para la honda humanidad de Jesús López Cobos.

De esas giras por Europa, Florian no olvidará nunca la velada en el Musikverein vienés, la sede del mítico Concierto de Año Nuevo. «Había una energía especial, pero mientras tocaba sentía el fantasma de Karajan y las leyendas que pasaron por ese escenario», asevera entre risas. El castellano de este albanés es impecable. Nico participó solo en la última, que llevó a la OSG a Abu Dhabi en 2016, una invitación que la orquesta logró tras seducir a los organizadores a través de su canal de YouTube.

Uno y otro garantizan que el halago no debilita, por más que la crítica especializada señale a la OSG como una de las mejores orquestas de España. «Para ser precisos, dicen que somos la mejor», apunta Vlashi. No hay complacencia. «Sabemos en qué tenemos que mejorar». El violín no se ve dentro de otros 25 años celebrando las Bodas de Oro. El trompa sí, convencido hasta el tuétano de que «para ser mejor no necesitas ir a Nueva York o Londres, puedes vivir en La Coruña. Hay que estar en el sitio donde uno está cómodo, y yo lo estoy aquí».

Esta OSG tiene presente. Y futuro.

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