Factoría de Brens, en el concello coruñés de Dumbría
Factoría de Brens, en el concello coruñés de Dumbría - M. MUÑIZ

Los sindicatos se levantan contra la empresa por la explosión de Brens

Unas declaraciones del director de la planta sobre la responsabilidad siniestro generan indignación en la plantilla

Santiago Actualizado: Guardar
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Un accidente en el peor momento. La explosión registrada anteayer en la factoría de Brens (Dumbría) ha caldeado todavía más los ánimos entre los sindicatos y la dirección de Ferroatlántica. Unas declaraciones de Javier Vázquez, director de la planta, a una emisora local desencadenaron un arrebato de indignación entre la plantilla. En sus palabras, Vázquez sugería que los operarios —tres de ellos resultaron heridos y dos permanecen ingresados en observación— habían incumplido la normativa de seguridad: «Todo apunta, con las reservas que tengo que tener, a que fue un cumplimiento incorrecto de los protocolos establecidos por parte de las personas que actuaban en ese momento», aseveró. A través de un comunicado, el responsable de la factoría se apresuró a matizar que el siniestro «nada tiene que ver con la falta de inversiones ni con prisas por la interrumpibilidad», el proceso que regula el suministro de energía a toda la Red.

«Este centro cuenta una de las ratios de siniestralidad más bajas de todo el grupo», añade el texto.

La respuesta del comité de empresa fue contundente. La representación de los empleados exige a Vázquez «una rectificación inmediata», bajo amenaza de actuación «hasta las últimas consecuencias». «No tiene respeto ni por los compañeros que aún están en el hospital», denuncian fuentes sindicales a ABC.

A pleno rendimiento

Inmediatamente después del accidente, inspectores de trabajo se personaron en las instalaciones de Brens para indagar en las posibles causas. Algunos trabajadores, sin embargo, ya tienen su propia versión de lo ocurrido: «Si se estropea un horno, los otros tienen que producir a la máxima potencia para cumplir con la interrumpibilidad. Esta es una consecuencia de tener los hornos produciendo a pleno rendimiento todo el año», mantienen las mismas fuentes.

«Antes paraban más de tres meses para su mantenimiento, pero ahora paran quince días. De ahí vienen los problemas», sostienen.

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