El equilibrio entre el déficit y el bienestar

Sin más receta que la calculadora

¿Es posible cumplir un objetivo del 0,7% y mantener los servicios sociales? Varios expertos lo analizan para ABC, que hoy repasa las cifras de 2009 y 2016 con las valoraciones de la Xunta y los sindicatos

Santiago Actualizado: Guardar
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Tres voces se oyen a contracorriente en el debate sobre el cumplimiento del déficit por parte de las comunidades autónomas. Galicia pide, junto a Canarias y el País Vasco, una contraprestación más allá del agradecimiento de Hacienda por haberse ajustado al 0,7 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) exigido en 2015. El resto —de diferente color político— exige cambios en este reparto y advierte que, de no producirse, seguirá sin acoplarse a él porque, sostiene, tendría que realizar más recortes. Justo lo que la Xunta afirma que no deberá efectuar tras «hacer los deberes». ¿Quién tiene razón? ¿Es posible cumplir un objetivo como el impuesto por el ministro Montoro? ¿Qué ha hecho la Comunidad gallega para obtener un 0,67 por ciento mientras la media se dispara al 1,66? Tres profesores universitarios ayudan a entender este enrevesado escenario.

«La receta gallega ha sido ajustar el gasto, lo más complicado de hacer», indica Miguel Vázquez Taín, profesor de Economía Pública y Sistemas Fiscales de la Universidad de Santiago (USC). No obstante, su análisis parte de una crítica:«No es justo el reparto de déficit entre la administración central [con un tope del 2,76 por ciento] y las comunidades, sobre todo teniendo en cuenta que en manos de ellas está el gasto ensanidad, educación, dependencia...». Ahora bien, manifiesta que «siendo injusto, una vez pactado, uno no se puede escudar en que con esos márgenes no se puede garantizar el estado de bienestar. Hay que priorizar para mantener los servicios básicos».

«El ajuste en la Xunta ha sido considerable, pero ahora tiene holgura para devolver a la sociedad la contrapartida a ese sacrificio»
Luis Caramés , catedrático de Economía Aplicada de la USC

«Las comunidades que han cumplido están prestando los servicios, como mínimo, en la misma magnitud y calidad que las que no han cumplido. Es un tema de ordenación de gasto —explica—. No valoro en qué ha gastado cada una, pero constato que la diferencia en la prestación no es paralela a la que hay en el cumplimiento del déficit público. De lo contrario, habría casi una revolución entre comunidades». Regiones como Cataluña, Extremadura, Murcia, Comunidad Valenciana o Aragón terminaron el pasado ejercicio por encima del 2 por ciento del PIB, lo que deriva en un incumplimiento general sobre las exigencias de la UE.

Medidas «impopulares»

Ante esta situación, el experto avala la petición del conselleiro de Facenda, Valeriano Martínez, quien el viernes pidió en el Consello de Política Fiscal y Financiera en Madrid una compensación con la condonación de 85 millones y financiación a tipo cero.

«Las comunidades que han cumplido están prestando los servicios, como mínimo, en la misma magnitud y calidad que las que no»
Miguel Vázquez Taín , profesor de Economía Pública y Sistemas Fiscales de la USC

Miguel Anxo Bastos, profesor de Políticas Públicas de la USC, subraya por su parte que «el déficit es tramposo. No importa tanto el déficit como el gasto público. El exceso de gasto ahoga a la economía, la hace menos competitiva, aplasta la inversión...», enumera. «Las administraciones no se ajustan porque es impopular. Vivimos y gastamos como si no pasara nada. Los niveles de gasto del Estado hoy son superiores a 2007 y el PIB ha caído», expone. Recuerda que «países como Irlanda redujeron los sueldos públicos un 20 por ciento y ahora están creciendo al 7 por ciento. En Letonia bajaron los salarios de sus funcionarios un 35, superaron la crisis en dos años y aquí seguimos en ella».

Frente al progresivo endeudamiento, Bastos insta a asumir la realidad:«O te quedas sin vacaciones... o hipotecas la casa». «Hay que saber si se pueden hacer las cosas con menos dinero. Esto es lo que no se suele plantear. Dentro de la sensatez, Galicia se ha adaptado algo a lo que está ingresando».

«España gasta más por estudiante que Finlandia y todos los indicadores dicen que ellos lo hacen mejor que nosotros»
Miguel Anxo Bastos , profesor de Políticas Públicas de la USC

A la pregunta de si el estado de bienestar se preserva reduciendo camas de hospital o profesores, Bastos responde rápido:«O pagándoles menos. El componente de gasto en España son salarios, no camas de hospital. La economía no es magia, pero los recortes no tienen por qué producirse en servicios. No puedes pretender cobrar lo mismo que cuando eras rico». En su opinión, «hay que ver si el nivel de gasto en sanidad y educación es correcto y está bien gestionado». «España gasta más por estudiante que Finlandia y todos los indicadores dicen que lo hacen mejor que nosotros», resume.

Por último, Luis Caramés, catedrático de Economía Aplicada de la USC, resalta que «después de un período de ajustes duro, deben practicarse políticas de gasto, sobre todo en el campo de la inversión pública, compatibles con que la deuda no puede incrementarse». Entiende que «el ajuste en la Xunta ha sido considerable, pero ahora tiene holgura para devolver a la sociedad la contrapartida a ese sacrificio». Aunque se vislumbra una «Unión Europea más flexible», teme «dificultades o retrasos por la incertidumbre política».

Educación

Centros que hablan idiomas con los últimos avances digitales

E. Pérez

En su análisis de la evolución del sistema educativo gallego en los últimos años, el director xeral de Educación, FP e Innovación educativa, Manuel Corredoira, defiende que todos los parámetros de estudio confirman la eficacia de la gestión en este ámbito. «Ha habido una evolución contrastable y progresiva de los medios destinados a mejorar la calidad escolar». Niega que los recortes en la partida de la cartera hayan tenido una incidencia negativa, pues «no hay parámetros que así lo indiquen». Es más, llama la atención sobre algunos indicadores que señalan en dirección contraria. «Todos marcan como positiva la idoneidad de los resultados de ESO, Bachillerato y FP y, sobre todo, del índice de abandono educativo temprano, que se redujo de un 25,8 por ciento en 2009 al 17 actual», indica. En cuanto a la Formación Profesional, señala que se han mejorado las ofertas en todos los ámbitos con un crecimiento de un 50% en el número de matriculados.

«Durante estos años, ha habido una evolución contrastable y progresiva de los medios destinados a mejorar la calidad escolar»
Manuel Corredoira , director xeral de Educación de la Xunta

Otra de las grandes apuestas fue el plurilingüismo, una configuración implantada en 257 centros públicos. También el proceso de digitalización, a través del programa «Abalar», que «no solo pone medios tecnológicos, sino que establece una metodología, forma a profesores y adecua las aulas». A día de hoy este proyecto beneficia a 120.000 alumnos de unos 900 centros.

Con todo, Corredoira reconoce que una parte importante de la reducción presupuestaria ha caído sobre los profesores, pero enmarca esta situación en un contexto de crisis y en medidas heredadas de Zapatero, que recuerda que limitó la tasa de reposición en un 50% para el personal de los servicios básicos, una cuestión resuelta hace dos años por el Ejecutivo de Rajoy. En este sentido, recuerda que la Comunidad gallega tiene el porcentaje más bajo de interinos de la media nacional.

«Hoy los profesores trabajan más horas y con más atribuciones que antes, por menos dinero. La enseñanza es más precaria»
Raúl Gómez , portavoz de Educación de UGT-Galicia

En cuanto al aumento en 4 horas de clase a la semana para los profesores de primaria, infantil y educación especial, el director xeral defiende esta reordenación como una de las mejoras que arroja la enseñanza. Recuerda que el bipartito tomó la decisión de reducir de 25 a 21 horas la jornada y que simplemente «se retomó el catálogo anterior».

Una visión muy distinta es la que ofrece Raúl Gómez, de la federación de Ensino de UGT, muy crítico con el horario de clase implantado. En su opinión, los recortes en la cartera de Educación han tenido «un fuerte impacto» no solo en la calidad del sistema educativo, sino en aspectos de carácter social. «Hoy los profesores trabajamos más horas y con más atribuciones, por menos dinero». En su opinión, el Gobierno gallego «no puede presumir de que las cosas se han hecho bien ya que los datos son tercos». «Aquí los que seguimos dando el callo somos los de siempre», señala, para indicar que «Galicia ha cumplido el déficit a costa de precarizar la educación».

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