La reducción de cuotas pesqueras se suaviza en la merluza a costa del jurel

El acuerdo de la UE deja una sensación agridulce en el sector gallego, que cree que es «el menor de los males. La principal asociación del cerco considera que sale «claramente perjudicado» tras las negociaciones

Barco descargando pescado en un puerto MIGUEL MUÑIZ

NATALIA SEQUEIRO

Tras 22 horas de intensas negociaciones en Bruselas, los ministros de Pesca de la UE sellaron sobre las ocho de la mañana de ayer un acuerdo para las cuotas pesqueras de cara a 2018. El pacto deja en el sector una sensación agridulce . La propuesta inicial de la Comisión Europea era muy perjudicial para los intereses de la flota gallega. La delegación española, encabezada por la Ministra de Agricultura y Pesca, Isabel García Tejerina, acompañada por la conselleira do Mar, Rosa Quintana, logró suavizar la reducción de capturas prevista para la merluza, pero no fue capaz de imponer sus tesis en el caso del jurel. En la zona que va de Fisterra hacia el sur, los barcos tendrán el próximo año un 24% menos de capacidad de pesca de esta especie.

Las capturas de merluza también descenderán, pero no tanto como lo previsto inicialmente . En el Atlántico sur la cuota se reducirá un 12% (frente al 30% inicial) y en el norte (Gran Sol y Escocia) se rebajarán un 7% en vez del 19% que proponía la Comisión Europea. Desde Bruselas, Rosa Quintana calificó ayer el acuerdo de «satisfactorio en líneas generales» . A través de una nota de prensa, la Consellería do Mar subrayó que gracias a las negociaciones, la flota gallega podrá capturar un 4% más de pescado y marisco con respecto a la propuesta inicial que realizó la Comisión Europea.

El presidente de la Federación Nacional de Cofradías Españolas y patrón mayor de Burela, Basilio Otero, consideró ayer el acuerdo como «el menor de los males» . El sector, afirmó, «no está contento», aunque cree que se ha conseguido «una victoria» ante la férrea defensa del Comisario Europeo de Pesca, Karmenu Vella, de que ya en 2018 se cumpliese el rendimiento máximo sostenible. Este concepto se usa para denominar el máximo que se puede pescar sin comprometer el futuro de una determinada especie. El presidente de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI), Javier Touza, valoró ayer como logro de España que fuese capaz de convencer a sus socios europeos de que las capturas se deben ir reduciendo progresivamente . Así, la flota tendrá margen a adaptarse y el descenso brusco en la pesca puede no suponer más desguaces y pérdidas de empleo en el sector.

Tras el pacto de cuotas, Otero confía en que la flota de la Mariña lucense pueda adaptarse al nuevo escenario intentando diversificar más la pesca o repartiendo mejor las capturas por trimestres para no pasarse antes de tiempo del cupo permitido. Pero para los barcos que se dedican, sobre todo, al jurel y a la caballa (que se reducirá un 20%), la situación es más complicada. El portavoz de la principal asociación de cerco gallega (Acerga), Andrés García, denunció ayer que esta flota «sale muy mal parada» y «claramente perjudicada». Además, el cerco está a la espera de que Bruselas dé el visto bueno al plan presentado conjuntamente por España y Portugal para gestionar la sardina. De aprobarse se reducirían las capturas permitidas un 14%, pero de no salir adelante esta especie podría quedar vedada. En declaraciones a Ep, García consideró que el jurel y la sardina «se encuentran en perfecto estado» en Galicia y «en absoluto» existe un problema con sus poblaciones. «No lo entendemos», aseveró.

Para paliar la escasez de cupo del jurel, la Consellería do Mar confía en que se pueda intercambiar cuota con el área del Cantábrico , donde Bruselas ha autorizado un incremento del 21% en las capturas. Mientras el presidente de la Federación Nacional de Confradías, Basilio Otero valoró esta opción como posible, el portavoz de Acerga mostró sus dudas. Andrés García recordó que la subida en el Cantabrico se produce tras años de rebajas en la cuota, que acarrea un descenso del 40% por lo que no ve tan fácil el intercambio.

Desde Bruselas, la conselleira de Mar recalcó el incremento de las capturas permitidas en otras especies también interesantes para Galicia, como la raya que sube un 15%. Quintana reconoció que el resultado de las negociaciones fue satisfactorio porque se partía de unas «condiciones horribles». Insistió en que el comisario de Pesca tenía «un especial interés» en que todas las especies estuvieran ya en el ‘rendimiento máximo sostenible’ en 2018, y puso en valor que se haya acreditado que las flotas española y gallegas son «capaces de mantener» la explotación de los recursos para intentar cumplir este objetivo, al tiempo que defienden que se reduzca al mínimo el impacto social y económico que podría suponer una reducción drásticas de las cuotas pesqueras.

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