PSdeG y Marea cierran un acuerdo de no agresión en el Parlamento

Xoaquín Fernández Leiceaga esperó al día de la constitución del Parlamento para demostrar que su derrota y la de su partido frente a En Marea fue mínima. De manera sigilosa se puso en contacto con el teórico líder de la oposición, Luís Villares, para demostrar que el «sorpasso» solo fue a medias. Con el reglamento del Parlamento bajo el brazo esgrimió que el empate en número de escaños entre su formación y los rupturistas no posibilitaba la opa hostil y solo conducía al acuerdo. Y así fue. El pasado 20 de octubre los diputados del PSdeG demostraron que seguían sentados donde estuvieron la legislatura anterior y que los cambios visibles serían mínimos. Ayer los socialistas redondearon ese acuerdo global de «carácter institucional» con un pacto de no agresión que fue auspiciado por los líderes parlamentarios. De tal forma que ambas formaciones colaborarán en el trabajo parlamentario y el PSOE respetará durante toda la legislatura el segundo puesto de en Marea.

Tras la concreción del pacto, fue el portavoz de En Marea, Luís Villares, quien valoró de forma global el resultado del acuerdo que calificó de «positivo». Según dijo, «el resultado es fruto de una acción concreta en la que llegamos a acuerdos con el PSOE y el BNG en un reparto semejante al que se dio en el año 2001 entre nacionalistas y socialistas». El dirigente rupturista manifestó que el pacto alcanzado es consecuencia de la «voluntad de llegar a acuerdos constantes con el resto de grupos de la oposición y visualizar el antagonismo que hay en general con el PP».

El valor simbólico de los puestos ocupados por los socialistas fue relativizado por el propio Luís Villares. Según confesó a los medios, «el PSdeG tiene una buena plataforma porque tienen un número de escaños similar a los de En Marea. La diferencia cualitativa es que nosotros hemos ganado por número de votos y nada hay por encima de la voluntad popular, por encima de esa visualización que nos corresponde por decisión de la voluntad ciudadana». La justificación del rupturista trata de contrarrestar la inexistente diferencia en la práctica entre socialistas y populistas.

El acuerdo gestado personalmente entre Fernández Leiceaga y Luís Villares no provocó inquietud entre los diputados. Según pudo confirmar ABC, muchos de ellos no conocían exactamente las condiciones y se quedaron con el principio genérico de que En Marea abrirá los debates en el pleno.

La constitución de las comisiones propició el cierre del pacto. Incluso se produjo algún desajuste a la hora de proponer los nombres. Aunque finalmente Noela Blanco ocupará la secretaría de la Diputación Permanente, minutos antes de comenzar la votación tanto Leiceaga como Villares tuvieron que cerrar el sentido del voto ante la perplejidad del resto de diputados de la Cámara. También tuvo que repetirse la votación para elegir al socialista Abel Losada como presidente de la Comisión de Economía.

Finalizados los recuentos y emplazados los diputados en sus puestos, el portavoz de EnMarea, Luís Villares se reunió con sus parlamentarios para explicarles los pormenores del acuerdo alcanzado con el segundo grupo de la oposición.

Satisfacción socialista

Xoaquín Fernández Leiceaga evitó comentar los pormenores del acuerdo entre socialistas y rupturistas. Tras la celebración de las distintas comisiones mantuvo un contacto informal con Antón Sánchez y esquivó a los periodistas para evitar hablar de la crisis interna del PSdeG. En todo caso, y según pudo confirmar ABC en conversación con distintos diputados, la satisfacción es generalizada. Recuerdan que el PSOE sacó un «resultado muy malo, pero mantenemos nuestra posición en el hemiciclo, colocamos a representantes en la comisiones y ahora depende de nosotros llevar el liderazgo de la oposición».

La nueva correlación de fuerzas se visualizará el próximo día 8 con el inicio de la sesión de investidura.