Plantean una presidencia rotatoria que rebaje tensiones en la patronal

Con una trayectoria convulsa, evidenciada en tres relevos en la presidencia en tres años, y en un momento delicado, marcado por las peticiones de dimisión llegadas desde las provincias de Orense y Pontevedra a raíz de Antón Arias en favor de un referéndum pactado en Cataluña, la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) aborda hoy una reforma de sus estatutos para establecer una presidencia rotatoria bienal, de modo que cada dos años corresponda a una de la provincias. El comité ejecutivo, informó Ep, analizará un documento de trabajo que, de salir adelante, la actual presidencia pretende aprobar en una asamblea extraordinaria a finales de noviembre.

En su discurso el pasado 27 de enero tras ser proclamado nuevo líder de la CEG, Antón Arias prometió dejar el puesto una vez superadas las dificultades económicas y cuando lograse modificar los estatutos para evitar futuros bloqueos. Y es que la confederación acumula ya tres presidentes desde que en 2015 José Manuel Fernández Alvariño dejó vacante el puesto , empujado por el rechazo que generó su gestión en varios sectores de la organización. Tras él tomó el liderazgo en enero de 2016 Antonio Dieter Moure, que dimitió en octubre de ese año , alegando motivos personales. Ambos piden la dimisión del actual presidente, Antón Arias, censurando su posicionamiento ante el conflicto independentista en Cataluña. A finales de esta semana, el que fuera el principal valedor de Arias en su candidatura a la presidencia, el también expresidente de la CEG Antonio Fontenla, contrarrestaba las críticas trasladando el «apoyo sin fisuras» de los empresarios de La Coruña al actual presidente . La reforma promovida por Antón Arias, informa Ep, recoge varias alegaciones realizadas por las provincias y supone un incremento de la representatividad de Pontevedra. También implica una disminución del peso de las sectoriales, toda vez que, indican desde la patronal, «las provincias ya son los sectores». Las agrupaciones de La Coruña y Lugo respaldan la reforma y Pontevedra es reacia a la reducción del peso de las sectoriales.