Arias junto a Cebreiros, en su visita del pasado día 9 a la Confederación de Empresarios de Pontevedra
Arias junto a Cebreiros, en su visita del pasado día 9 a la Confederación de Empresarios de Pontevedra - ABC

La pelea localista agrieta la CEG

Cebreiros amenaza con pedir la suspensión si el listado de «agravios» a Pontevedra aumenta

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Y a la tercera tampoco fue la vencida. La candidatura sorpresa de Antón Arias sigue marcando el devenir de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) cuando se supera el mes desde que fue elegido presidente con «el mayor apoyo de los últimos años», según afirmó entonces a ABC su equipo electoral. El jaque mate de los de Antonio Fontenla en connivencia con Lugo dejaba noqueados a Pontevedra y Orense con la crítica como única arma de defensa. El ansiado candidato de consenso llegaba por imposición y cuando las heridas seguían supurando.

Las primeras declaraciones de los presidentes provinciales tras conocer el resultado que daba a Arias el timón de la Rúa do Vilar llegaban cargadas de buenas intenciones, pero reconducir las relaciones tan dañadas entre el norte y el sur no iba a ser tarea de un día.

Ayer Jorge Cebreiros daba alguna pista de su malestar al afirmar: «No me gusta que me goleen». El representante de los empresarios pontevedreses se refería no solo a la candidatura «a última hora» de La Coruña, contraviniendo –recordó– un pacto de las provinciales de que debía ser de consenso, sino a los nombramientos que desde entonces ha hecho Arias, que la semana pasada designaba a su equipo de confianza. «No sé cuál va a ser el tercero, ¿la reforma de los estatutos?», contabilizó en el marcador herculino.

Cebreiros ha demostrado en más de una ocasión ser un verso libre y ayer se despachó a gusto. «Si la lista de agravios a Pontevedra sigue aumentando, pueden pasar varias cosas, como pedir la suspensión temporal de la CEG hasta que esto no cambie», avanzó el empresario vigués, que reconoció sentirse dolido con lo que pasó con la presentación de la candidatura. Eso sí, fue tajante al afirmar que prefiere ser «un ingenuo que un traidor». «Cuando un empresario me da la mano y dice en esto quedamos, eso va a misa», indicó.

No escatimó en artillería pesada contra Santiago, como la propuesta de «locos» de que la redacción de los estatutos recaiga sobre una asesoría externa. En este sentido, recordó a los nuevos inquilinos de la sede compostelana que fueron precisamente las «subcontrataciones» de José Manuel Fernández Alvariño las que suscitaron agrias críticas durante su mandato.

Reforma estatutaria

A este respecto y sobre una posible alianza con José Manuel Pérez Canal, al frente de la patronal orensana, reconoció que existe sintonía, pero también que la modificación estatutaria requiere de una mayoría de dos tercios en el seno de la CEG. «No nos vamos a meter dos o tres meses de negociaciones y que después alguien llegue a la asamblea y en votación secreta diga no», razonó Cebreiros que, remitiéndose a los hechos, manifestó su desconfianza en «algunos presidentes provinciales». «Me va a ser difícil sentarme con algunos de ellos y creer en lo que me están diciendo», señaló.

Como ejemplo de lo contrario situó a la CEP donde tras un año muy duro, que prevé cerrar con una pérdidas de 300.000 euros pese a los despidos y rebajas salariales, el sector crítico «demostró predisposición al diálogo y a trabajar a favor de la organización».

En cuanto a las medidas económicas, al margen de la validación de la hipoteca por 1,2 millones sobre la sede –firmada con cinco entidades–, esperará a conocerlas al detalle para pronunciarse, si bien afeó las declaraciones de Arias sobre una subida salarial «urbi et orbe», sin tener en cuenta las particularidades de cada empresa.

Durante el balance de gestión de la patronal pontevedresa, Cebreiros tuvo ocasión de trasmitir su «enorme preocupación» por la captación de inversores en Portugal. Además, según dijo, echa en falta el apoyo de empresarios y representantes políticos a la demanda del corredor del Atlántico.

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