Antón Barreiro, a la izquierda, con parte de su equipo de investigación
Antón Barreiro, a la izquierda, con parte de su equipo de investigación - MIGUEL MUÑIZ

Peces cebra para curar la lesión medular

Antón Barreiro lidera un equipo de investigación de la USC que busca una solución para las 35.000 personas que padecen esta dolencia en España. Lo hacen a través del modelo de peces cebra, capaces de recuperarse de forma espontánea y volver a nadar en cuestión de semanas

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Desde que en 2010 terminó su tesis doctoral en el campo de la neurociencia, este joven investigador de la Universidad de Santiago (USC) tuvo claro que quería trabajar en algo que tuviera una mayor aplicación y beneficios. Antón Barreiro entendió que su experiencia como estudioso de la organización y el desarrollo del sistema nervioso de la lamprea podría servirle para explorar otras vías de investigación. Grupos en Estados Unidos utilizaban este mismo animal como modelo en lesiones medulares y entonces se decidió a dar el paso y saltar el charco. «Me pareció un campo muy interesante, me llamó mucho la atención y solicite plaza en Estados Unidos», señala a ABC. También trabajó en Londres y en Escocia, hasta que el año pasado tuvo la oportunidad de regresar a España.

«Producimos una lesión medular en estos pece y ellos, por sí solos y en cuestión de semanas, son capaces de volver a nadar»

Desde el departamento de Biología Funcional de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), Barreiro colidera con María Celina Rodicio un proyecto de regeneración medular en el que trabajan con peces cebra. «Nosotros básicamente producimos una lesión medular en estos animales y ellos, por sí solos y en cuestión de semanas, son capaces de volver a nadar», explica, para señalar que «esto no ocurre en humanos, que pierden la capacidad de movilidad y sensibilidad después de una lesión, ya que no somos capaces de regenerar los axones –prolongación de las neuronas que trasmiten impulsos nerviosos– de neuronas cerebrales que enhebran la medula espinal». «Nuestro objetivo es lograr que, al igual que los peces, las personas se recuperen de este tipo de lesiones» que, admite, «son muy complejas».

Una solución para las 35.000 personas en España que padecen esta dolencia, causada en la mayoría de los casos por accidentes de tráfico y que produce un daño irreparable para el que no hay un tratamiento que facilite su recuperación funcional.

«Yo creo que si cada uno en nuestras respectivas disciplinas y ámbitos de investigación aportamos nuestro grano de arena, lograríamos muchos avances. Esto sería lo ideal», apunta preguntado al respecto de que resultados espera a años vista. «Si consiguiéramos entrar en fase clínica –en pruebas con humanos– y con resultados positivos, sería el culmen», afirma. Pero para esto aún quedaría «mucho trabajo y años por delante», reconoce.

Campaña de financiación

«Si con nuestro trabajo lográsemos encontrar un fármaco que promueva la regeneración axonal en el pez cebra, en el futuro intentaremos trasladar estos resultados a la recuperación de los pacientes con daño medular», indica. Para ello han iniciado una campaña de financiación del proyecto «Búsqueda de fármacos para la regeneración axonal tras una lesión medular» seleccionado para participar en el portal Precipita de la FECYT. El mínimo para garantizar el estudio eran 2.000 euros y ya superan los 3.000, con lo que «va a ser financiado y aún queda tiempo para mejorar esta cifra», en palabras de Barreiro. De la cantidad depende el número de librerías de fármacos, «alcanzar los 10.000 euros que fijamos como máximo sería un sueño, ya que cuantos más fármacos tengamos mayores serán las posibilidades de avanzar en la cura». Los primeros 2.000 euros cubren también la compra de los anticuerpos necesarios para visualizar la neurona de estudio. «El proyecto está planteado a uno o dos años. Dependerá de la financiación», señala.

En cuanto a la elección del pez cebra frente a otros animales de laboratorio más comunes, la explica el investigador no solo por el hecho de que se puedan obtener cientos de larvas al día a las que provocar una lesión y probar una buena cantidad de fármacos, sino en que «son transparentes y permiten ver, tras aplicar el fármaco, si la neurona, en la que está confirmado que influyen factores intrínsecos, se ha regenerado o no en el animal intacto».

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