Las otras Diana Quer de Galicia

Desapariciones como las de María José Arcos, Sonia Iglesias o Socorro Pérez siguen sin esclarecerse años después. Sus familiares solicitan que se usen «todos los medios posibles» para continuar investigando estos casos

Protesta por las calles de Pontevedra tras la desaparición de Sonia Iglesias EFE

R. B.

El 15 de agosto de 1996, la compostelana María José Arcos avisaba a su familia de que pasaría un fin de semana en la playa con un amigo. Su coche aparecía días después cerca del faro de Corrubedo, pero su paradero sigue siendo una incógnita a día de hoy . El mismo mes pero del año 2010, Sonia Iglesias, de 37 años, desaparecía sin dejar rastro después de haber sido vista por última vez en el casco urbano de Pontevedra . Ocho años después sigue sin haber ningún indicio que aporte luz sobre su paradero. La resolución del caso Diana Quer ha devuelto a la memoria colectiva estas y otras desapariciones que aún continúan sin respuesta en Galicia . Del mismo modo, la detención de El Chicle y el posterior hallazgo del cuerpo de la joven madrileña ha hecho que las familias afectadas por tragedias de este tipo revivan la angustia y la incertidumbre que han atravesado a lo largo de todos estos años.

«El pasado día 31 se nos revolvieron todos los sentimientos. Vives tristeza, nervios . Yo lo único que deseaba es que ojalá apareciera Diana, porque sé desde la malísima experiencia que es lo único que te puede hacer cerrar un capítulo tan triste, tan doloroso y tan difícil de llevar», explica Rosa Arcos, hermana de María José Arcos. La investigación para intentar resolver la desaparición de esta funcionaria santiaguesa se reabrió en 2011 e incluso se llegó a detener a un sospechoso, una expareja de la desaparecida que meses después fue puesto en libertad por falta de pruebas. Hoy en día, el caso permanece archivado ; un hecho que, en opinión de la hermana de María José Arcos, deja a la investigación «huérfana» y con enormes dificultades para avanzar. «Tras las últimas modificaciones legales, los juzgados tienen que archivar estos casos porque existen unos plazos imperativos. A partir de ahí, la investigación se queda huérfana porque no se puede realizar ninguna diligencia bajo autorización judicial. No existe esa autorización porque los casos están cerrados. Así que por mucho que la Policía y la Guardia Civil nos digan que son casos que no se olvidan, las familias sabemos que no es verdad» , señala Rosa Arcos, al tiempo que afirma que tanto ella como sus allegados se sienten «muy abandonados» por la justicia.

La misma sensación experimentan los familiares de Socorro Pérez . Esta orensana de 43 años salió de su casa para practicar deporte en mayo de 2015 cuando se le perdió la pista. Un mes después, encontraron su cadáver con signos de violencia escondido en unos matorrales cerca de su vivienda sin que nunca se haya podido saber quién fue el autor de los hechos . «Para mí, claramente hay un impasse en la investigación. La Policía dice que sigue trabajando en el caso y que hay 50 sospechosos. A mí me parece una barbaridad», apunta Jesús María Pérez, primo de la fallecida. Pérez lamenta que la familia no tenga «ninguna comunicación» sobre el avance de las investigaciones . «Estamos huérfanos de noticias al respecto, pero confío en el buen hacer de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para que el caso de mi prima se pueda esclarecer, localizar a los asesinos y saber cuál fue el móvil del crimen», relata en conversación con este diario.

«Víctimas de segunda»

Apenas un día después de que se localizase el cadáver de Diana Quer en Rianxo, la familia de Socorro Pérez instaba a la Policía a agilizar la investigación abierta para conocer las causas del fallecimiento de su familiar y solicitaban que se dediquen «todos los medios posibles» para dar con el autor del crimen. Feliz porque se haya podido resolver el mediático caso de la joven madrileña desaparecida en A Pobra, José María Pérez lamenta que en el caso de su prima se haya actuado como si fuese una «víctima de segunda». «En nuestro caso no hay ese interés, no hay ese celo, no se han puesto todos los medios desde el minuto cero , técnicos y humanos, para localizar el cadáver y para hacer una investigación exhaustiva. Eso es lo que nos duele. Y no es una crítica a la Policía. Solo pedimos igualdad de trato para todo tipo de víctimas», concluye.

De la misma opinión es Mari Carmen Iglesias, hermana de la desaparecida Sonia Iglesias. En su caso, afirma tener la «constancia» de que la Policía continúa haciendo indagaciones para esclarecer la desaparición de su familiar a pesar de que el caso permanece sobreseído. No obstante, cree que «la única esperanza» que podría resolver la causa sería que, al igual que en el caso Diana, «el culpable volviese a cometer un error similar» . Paralelamente, Iglesias insta a las fuerzas de seguridad a dedicar «el mismo esfuerzo» para localizar a todos los desaparecidos. «Todos son igual de importantes para sus familias, y aunque unos casos son más mediáticos que otros, tendrían que ponerse en marcha los mismos medios para localizar a unos y a otros».

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