Navantia desvía a Cádiz barcos por la huelga de auxiliares en Ferrol

La huelga de las auxiliares sigue afectando a la carga de trabajo en Navantia . Cuando se cumplen tres semanas del paro, la empresa pública anunció ayer que se ha visto «forzada a ofrecer a sus clientes desviar» a sus astilleros de Cádiz «los buques contratados que iban a reparar en los de Ferrol en las próximas semanas» . Los trabajadores votarán hoy en asamblea si desconvocan el paro temporalmente para sentarse a negociar las mejoras salariales que reclaman con la patronal.

El primer barco que seguramente se marchará a Cádiz es de la compañía petrolera BP, «uno de los mejores clientes de Reparaciones Ferrol», según explicó Navantia. Estaba previsto que llegase a la ría ferrolana el próximo 7 de noviembre. En diciembre llegaba el Excelsior, pero también podría irse a Cádiz. La reparación del Excálibur, que estuvo días esperando frente a la costa gallega, ya se ha perdido. En el dique 3 se encuentra ya el regasificador Golar. Pero debido a la huelga no se ha podido avanzar en su reparación. «Los directivos de la empresa noruega Golar han advertido a Navantia de su extrema preocupación por la situación» , manifestó la empresa pública en un comunicado, en el que advirtió que la situación actual podría «dejar muy tocado el negocio de reparaciones en los próximos años, ya que al perder navieras de esta importancia costará mucho tiempo y esfuerzos recuperarlas».

El paro podría desconvocarse hoy pero sólo de forma temporal. Los trabajadores votarán en asamblea si deciden volver al trabajo para que se puedan iniciar las negociaciones con las empresas auxiliares. La patronal ha exigido el fin de la huelga para sentarse a hablar sobre posibles mejoras en las condiciones laborales.

Un único sindicato, la CIG, fue el convocante de la protesta con la que pretendía recuperar el poder adquisitivo perdido por los empleados de la industria auxiliar tras la crisis del naval. Hasta el 2014 la mayoría de empresas aplicaban unos acuerdos alcanzados en 2001 por los que los trabajadores cobraban unos pluses por encima del importe fijado en el convenio colectivo del sector. Muchos fueron despedidos y al lograrse nueva carga de trabajo se reincorporaron al sector, pero con importantes rebajas de sueldos. De salarios medios de 1.500 euros mensuales pasaron a unos 1.100, a veces por once horas de jornada.

Los sindicatos han pedido a la patronal que les abone el 50% de los días de huelga y el 50% restante que se compute como vacaciones. La industria ha accedido en parte, con el matiz de que cada empresa llegará a un acuerdo de compensación. «En la CIG no nos parece suficiente pero se votará porque hay trabajadores que quieren terminar con los paros», informa Vicente Vidal, secretario comarcal de Industria del sindicato.

El presidente de la Asociación de Empresarios Ferrolterra (AEF), José Ramón Franco, que ejerce como uno de los portavoces de la patronal en el conflicto, acusó ayer a la CIG de hacer pagar a los trabajadores unas consecuencias de una negligencia total y absoluta», informa Ep. La patronal sigue sin estar dispuesta a aceptar los acuerdos del 2001. A través de un comunicado, consideró que lo único que provocarían, de ser aceptados, «es una grave desigualdad y desequilibrio entre trabajadores de igual cualificación».