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Diana Quer desapareció el pasado 22 de agosto en A Pobra - ABC
DESAPARECIDA

Dos meses tras los pasos de Diana Quer

La ardua labor de investigación no ha logrado señalar a ningún sospechoso de la enigmática desaparición de la joven

Santiago Actualizado: Guardar
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El rastro de Diana Quer se perdió el pasado 22 de agosto en la localidad coruñesa de A Pobra do Caramiñal. En plenas fiestas del pueblo, la joven de Pozuelo se despidió de su grupo de amigos y enfiló el camino hacia la casa en la que veraneaba desde niña, pero nunca llegó a completarlo. Eran las 2.40 de la mañana y el último movimiento confirmado de la joven responde al mensaje que envió a un compañero contándole que alguien la estaba increpando. La localización de su móvil la sitúa a esa hora en A Pobra y unos testigos confirman haberla visto frente a una pizzería ubicada al final del núcleo urbano, en la ruta de regreso a su casa.

Trece minutos más tarde, es otro repetidor el que capta la señal del teléfono de la madrileña, que habría recorrido veinte kilómetros hasta Taragoña, un pequeño municipio conectado con A Pobra por autovía. La pista de Diana Quer se desvanece en este lugar, de poco más de dos mil habitantes.

Volcados de lleno en un caso con una inusitada repercusión social, agentes especializados de la Unidad Central Operativa (UCO) y del grupo de personas de la Policía Judicial trabajan desde entonces para desentrañar los movimientos de la muchacha aquella madrugada. Las indagaciones apuntan a que la madrileña se montó en un coche, aunque no se sabe si lo hizo de forma voluntaria o no. Tampoco si conocía al conductor, el quid de un caso con más zonas oscuras que puntos de luz. Es en este momento de la noche donde las certidumbres dan paso a las hipótesis.

Según fuentes próximas al caso consultadas por ABC, la investigación sigue en marcha con varias líneas de investigación abiertas, aunque todas ellas apuntan a Taragoña y a la zona de Barbanza. Después de rastrear de forma exhaustiva los parajes en los que la joven pudo estar, los agentes se decantaron por que hubiese entrado en alguna vivienda de la zona. Incluso llegaron a pensar que podría tratarse de una segunda residencia, donde la visita pasaría desapercibida más fácilmente, pero por el momento se desconocen avances en esta línea.

«Hay gente que sabe algo»

Paralelamente y un mes después de la sonada desaparición, la Guardia Civil recibió los testimonios de tres personas que dijeron haber visto a Diana cambiarse de coche en el puerto de Taragoña, pero esta pista no parece fiable por la falta de luz y la distancia a la que supuestamente se encontraban. En este sentido, los agentes no descartan que puedan existir testimonios relevantes de aquella noche que no hayan salido a la luz. Lo mismo cree el abogado de la madre de la joven, que ayer confirmó que «es muy probable que haya gente que conozca más de lo que se ha dicho y que nos consta que vieron algo y no han comparecido ante el grupo de investigación».

Fuentes cercanas también desmienten que se haya elaborado un retrato robot del sospechoso y confirman que solo se trabaja con suposiciones amparadas en la lógica. Es decir, que el responsable de la extraña marcha de Diana Quer sea un varón joven, con permiso de conducir y coche y conocedor de la zona por donde se movieron. Unos condicionantes derivados de la pocas certezas con las que, por el momento, cuentan los investigadores. Del mismo modo, los agentes descartan que la joven se encuentre en Estados Unidos, pese a la alerta internacional activada esta semana. Una idea que el padre de Diana también desecha, en contra de la opinión de la madre. Tras dos meses sin noticias de la joven, la nómina de sospechosos sigue en blanco.

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