Los diputados de En Marea Gómez-Reino. Yolanda Díaz, Alexandra Ferández y Fernán-Vello
Los diputados de En Marea Gómez-Reino. Yolanda Díaz, Alexandra Ferández y Fernán-Vello - EFE

En Marea violó la ley electoral con la financiación de la campaña del 20-D

La organización abonó pagos por valor de 31.615 euros después de los noventa días establecidos por norma

Santiago Actualizado: Guardar
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Tirón de orejas del Tribunal de Cuentas a En Marea. La institución que fiscaliza las cuentas del sector público y se somete a control periódico del Congreso observa que la candidatura cometió algunas irregularidades en el pago de sus deudas después de la campaña a las elecciones generales del 20 de diciembre. En uno de sus últimos informes sobre la contabilidad electoral de todos los partidos, aprecia que la confluencia pagó 31.615,09 euros fuera de los noventa días de plazo establecidos por la ley electoral —la Loreg, Ley Orgánica de Régimen Electoral General— y que adeuda 39.679 euros a sus proveedores. Un pasivo imposible de subsanar a través del exiguo remanente de tesorería que queda en su caja electoral: 2.920,78 euros.

La falta de liquidez obligará al partido a recurrir a otras cuentas ordinarias o al ingreso de nuevos recursos, maniobra que también vulnera los dispuesto en la regulación.

«La formación política ha realizado pagos por importe de 31.615,09 con posterioridad a los noventa días siguientes al de la votación, incumpliendo lo establecido por el artículo 125.3 de la Loreg», afirma el citado informe, que incide además en la violación del artículo 125.1: «Al no existir disponibilidades de tesorería suficientes (2.920,78 euros), la mayor parte del pago tendrá que efectuarse con cargo a cuentas corrientes de la actividad ordinaria». Con todo, los informes del partido presentados ante el Tribunal de Cuentas y la potestad de la Junta Electoral de reclamar a las entidades financieras informes sobre sus cuentas, han evitado que se suspenda o se reduzca la concesión de subvenciones a la organización, según recoge el documento.

Por lo que respecta a las cantidades totales, En Marea empleó 176.204 euros en sufragar su campaña, entre gastos justificados por operaciones ordinarias (142.049,53) y gastos clasificados como parte de «envíos electorales no incluidos en el límite de gastos» (34.155,91). Los ingresos declarados entonces fueron de 139.436 euros, procedentes en su totalidad de las arcas del partido. En el apartado de gastos, 18.841 euros fueron a parar al pago de publicidad exterior y 12.789 en publicidad en prensa y radio. 110.418 euros se clasificaron bajo la etiqueta de «otros gastos ordinarios». Por lo demás, el Tribunal estima que no hay en el balance ninguna cifra que exceda el límite máximo de gastos en ninguna de las tres categorías anteriores. Tampoco, aclara, existen fondos pagados con cargo a cuentas no destinadas a fines electorales; pero se deduce de las conclusiones que el abono de las deudas deberá hacerse mediante cuentas no vinculadas a la financiación electoral y sí a cualquier otra actividad del partido. Durante la tarde de ayer, este diario contactó con En Marea para conocer su reacción al informe, pero no obtuvo respuesta oficial, aludiendo razones de disponibilidad.

Después de las elecciones municipales de 2015, En Marea se presentó como la primera marca auspiciada por el conjunto de la izquierda rupturista en Galicia, después de la exitosa experiencia de las mareas municipales en las elecciones de mayo de ese mismo año. Podemos, Anova, Esquerda Unida y las células locales recién nacidas apoyaron entonces la lista, integrada por algunas caras conocidas de la escena política gallega, como la viceportavoz de AGE y exdiputada en el Parlamento autonómico Yolanda Díaz. En aquella convocatoria, En Marea dio el sorpasso al PSdeG con seis escaños, 408.000 votos (25%) y la etiqueta de haberse convertido en la alternativa a un tercer mandato de Feijóo. En junio, la repetición electoral y la frustración por no haber conseguido el ansiado grupo propio redujo sus escaños a cinco.

Otros partidos

El informe de Cuentas analiza las salud financiera de cada partido sin entrar en su estructura territorial, pero el carácter independiente de En Marea — aunque se imbricara después en el grupo parlamentario de Podemos— posibilitó un estudio aparte.

Ocurre algo similar con el BNG. Concurrió el 20-D bajo la candidatura «paraguas» de Nós, en la que se incluía a otras formaciones nacionalistas como Coalición Galega o el Partido Galeguista. En su caso, la caja registró 276.141 euros para financiar toda la campaña y su contabilidad, a tenor de lo señalado por el Tribunal, no presenta irregularidades. Solo que, por su condición de partido sin representación parlamentaria en las Cortes, no tiene derecho a recibir ninguna aportación del Estado. Por último, las cuentas del PPdeG y PSdeG en las generales de 2015 no se pueden escudriñar del mismo modo, al no tener una estructura orgánica autónoma respecto a sus matrices.

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