De «insumisa» a desalojada

El colectivo okupa da la espalda a Ferreiro tras el desalojo del grupo «A Insumisa» de la antigua Comandancia coruñesa

Un instante del desalojo de «A Insumisa» EFE

Z. R.

En apenas unos meses el colectivo okupa ha pasado de ser uno de los grandes protegidos por parte de Xulio Ferreiro y su equipo de gobierno a convertirse en otra piedra en el zapato de la Marea Atlántica. La orden de desalojo del grupo de personas que desde diciembre de 2016 permanecían instaladas ilegalmente en la sede de la antigua Comandancia de obras herculina ha hecho que esta semana saltase por los aires la estrecha relación que este movimiento mantenía con el Ejecutivo local, conformado por varios ediles que han reconocido su pasado como okupas o simpatizantes del colectivo.

La sintonía entre ambos quedó patente en diciembre de 2016, cuando un grupo de personas decidió instalarse en el citado inmueble —de titularidad pública y en estado ruinoso— para poner en marcha el llamado «Centro social okupado A Insumisa». Pese a las numerosas quejas de vecinos y grupos políticos, la acción contó con el visto bueno del Gobierno local e incluso fue jaleada por algunos de los ediles del equipo de Ferreiro. «Cuando un sistema nos obliga, la okupación es un derecho. Aparece un nuevo proyecto social en La Coruña. Diez, cien, mil centros sociales», escribió entonces en su cuenta de Twitter la concejala de Seguridad Ciudadana de la Marea Atlántica y a su vez responsable de la Policía local, Rocío Fraga. Así, durante más de año y medio las también conocidas como naves de Metrosidero fueron escenario de fiestas, eventos, conciertos y jornadas en los que, según las denuncias vecinales, se dispensan bebidas alcohólicas de manera ilegal. Hasta llegaron a instalar una pista de patinaje contando con el visto bueno del regidor herculino, que siempre negó la posibilidad de que «A Insumisa» fuese a ser desalojada de manera abrupta por las fuerzas y cuerpos de seguridad.

Sin embargo, la posibilidad de perder una partida de 1,3 millones de euros comprometida por parte del Ministerio de Fomento para reformar el inmueble y convertirlo en un verdadero centro social para todos los vecinos motivó un cambio de actitud en el gobierno local. Tanto Fomento como la empresa adjudicataria advirtieron al ayuntamiento de que con los okupas en la sede de la Comandancia era imposible iniciar las obras. De este modo, o se producía su desalojo antes del mes de julio o la ciudad perdería esa cuantiosa partida económica. «Si La Coruña pierde 1,3 millones de euros por que Ferreiro no actúa ni hace nada, ahí podría haber una responsabilidad penal, él lo sabe porque es jurista», explica en conversación con ABC la portavoz del PP Rosa Gallego.

Ante este escenario, el regidor rupturista cambió su hoja de ruta. Remitió a los miembros de «A Insumisa» una orden de desalojo —a la que los okupas hicieron caso omiso— y que vencía el pasado lunes 21 de mayo. Agotado el plazo, un grupo de agentes entró durante la jornada del martes en las dependencias de la antigua Comandancia con la intención de expulsar a este colectivo. Fue en ese momento cuando comprobaron que los okupas habían abandonado el lugar voluntariamente. «La recuperación de esta posesión se ha hecho de la mejor de las maneras posibles», celebró la edil Rocío Fraga ante los medios.

Desalojo con heridos

Con todo, horas después la situación acabó por torcerse. Convocados a través de redes sociales, partidarios de la okupación de las naves de Metrosidero se congregaron frente al inmueble para intentar saltar el cordón policial y acceder a él. Dos jóvenes incluso lograron burlar a los agentes y treparon hasta el tejado de la edificación. En inferioridad numérica con respecto a los manifestantes, miembros de la Policía local reclamaron refuerzos a otros cuerpos e intentaron frenar el avance de los manifestantes, algo que derivó en un tenso enfrentamiento que se saldó con cinco heridos: dos agentes y tres miembros de «A Insumisa».

Dos jóvenes en el tejado de la Comandancia EFE

«Ha sido una carga desproporcionada, ha habido golpes en la cabeza cuando ese tipo de golpes están totalmente prohibidos» , esgrimió el abogado del colectivo okupa, que tachó el desalojo de «ilegal». El episodio pronto desató las críticas del movimiento okupa en las redes sociales, que puso el foco en la edil responsable de Seguridad Ciudadana pero también en el propio Ferreiro, a quien responsabilizan de haber traicionado los principios fundacionales del partido rupturista. «Marea Atlántica son directamente responsables de la represión y de la violencia, más aún que los lacayos que empuñaban las porras que ellos ordenaron desenfundar. Algún día tendrán que responder por esta infamia», recogía un comunicado emitido por miembros de «A insumisa».

Del mismo modo, colectivos anteriormente afines a la Marea como Proxecto Cárcere o la entidad Ergosfera optaron por darle la espalda públicamente al equipo de Xulio Ferreiro a raíz de este episodio. «Nada cambió, la ciudad militarizada de nuevo. Violencia contra las gentes que construyeron un espacio común. No puede ser más triste esta historia. Nada cambió, pero nada volverá a ser lo mismo», apuntó el colectivo Ergosfera en su cuenta de Twitter, certificando la transición de Ferreiro de héroe a villano; ahora también para sus otrora afines.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación