Hermida se aferra a un «limbo» parlamentario para unirse a En Marea y acorralar a Quinteiro

Se unirá al grupo de la confluencia pero no tendrá sueldo ni derecho a voto

Xoán Hermida, en rueda de prensa MAREA PONTEVEDRA
Mario Nespereira

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Xoán Hermida tira por la calle de en medio. Ni tomará posesión como diputado en el Parlamento ni cederá su lugar al siguiente en la lista de En Marea por Pontevedra. Su alternativa es una tercera vía: un «limbo» hallado en el reglamento de la Cámara por el cual podrá integrarse en la disciplina de la confluencia, a cambio de quedarse sin todos sus derechos como parlamentario, empezando por el sueldo y acabando por el voto .

El recambio de Juan Merlo se vuelve más y más complejo con el paso de los días. Ayer, Hermida remitió un escrito al Parlamento en el que aceptaba la designación como diputado electo por parte la Junta Electoral. El reloj se había puesto en marcha. Desde el pasado viernes, disponía de cinco días para adscribirse a un grupo parlamentario. De lo contrario, sería asignado automáticamente al Grupo Mixto y En Marea, con un miembro menos (13), perdería su condición de líder de la oposición en favor del PSdeG.

Ahora ese trámite está salvado. Pero queda el siguiente. Fuentes parlamentarias consultadas por ABC indican que para que Hermida sea un diputado de pleno derecho, tiene que aplicar lo dispuesto en el artículo 7 del reglamento . Es decir, presentar ante la Oficialía Mayor la credencial expedida por la Junta Electoral, registrar su declaración de incompatibilidades y prestar juramento o promesa de su cargo durante en Pleno.

Hermida, sin embargo, no quiere dar ese paso , para el que tiene de plazo las dos sesiones plenarias convocadas en mayo. Prefiere exprimir la normativa interna de O Hórreo y quedarse postrado en un «limbo» a la espera de que el partido resuelva su gran problema interno: el futuro de Paula Quinteiro , la diputada que se vio involucrada en una trifulca con la Policía de Santiago.

Laberinto de conflictos

Así, entre Merlo, Hermida y Quinteiro, En Marea se ha zambullido en un agujero del que parece querer salir cavando . Todo comenzó en marzo con la noticia de que Quinteiro había intervenido en un altercado vandálico. El partido instrumental y su líder, Luís Villares, pronto le exigieron la dimisión. Podemos y la mayoría de sus compañeros de escaño, en cambio, la arroparon.

Como medida de presión, Hermida, llamado a sucederla en O Hórreo, comunicó en público su renuncia a servir de recambio bajo la excusa de «elevar el listón ético» de En Marea: al fin y al cabo él, como Quinteiro, también se había enfrentado a la Policía, solo que en su caso desafió a los agentes de Pontevedra. En ese contexto, un día después, llegó la dimisión de Merlo por mentir en su currículum. Otro terremoto para el rupturismo, y la excusa ideal para que Hermida jugara al despiste con su posición en la lista, bloqueando de paso la entrada de otra dirigente de Podemos, Julia Torregrosa.

Así se ha llegado hasta ahora, aunque los acontecimientos pueden precipitarse en los próximos días. Según ha podido saber este diario, la intención de En Marea de someter a consulta la continuidad de Paula Quinteiro sigue «en pie» . Fuentes de la dirección aclaran que el Consello das Mareas convocado para el próximo sábado valorará la convocatoria del plebiscito interno y estudiará el expediente solicitado por la diputada a la Comisión de Garantías.

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