El golpe a Miñanco se salda con 43 detenidos y 5 toneladas de droga

Los agentes dedicaron cerca de veinte meses a desentrañar la red tejida por el narco

Momento de una de las detenciones ABC

A. R.

Los agentes de la Policía Nacional no tienen dudas. Sus pesquisas en torno a los negocios de Sito Miñanco , el gran capo de la coca, han dejado al descubierto que su recién desmantelada organización era una de las más poderosas del mundo y que sus ramificaciones traspasaban fronteras. De ahí que este macroperativo que ha vuelto a poner en el punto de mira a uno de los narcos más famosos de los 80 se haya cerrado con 43 personas detenidas, 15 millones de euros incautados en bienes e inmuebles y cinco toneladas de droga a punto de entrar en el mercado decomisada.

Para tocar y hundir el complejo entramado que Miñanco tejió fuera y dentro de la prisión, los agentes precisaron de veinte meses de una investigación que concluyó el pasado lunes con la detención de José Ramón Prado Bugallo, alias Sito, y sus más estrechos colaboradores. Los arrestos se llevaron a cabo casi de forma paralela en Galicia, Madrid y Andalucía, y más de la mitad de los capturados están ya entre rejas desde el miércoles por decisión de la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela.

Además de las detenciones, el golpe policial a este importante estructura «narco-criminal» deja 5.000 kilos de estupefacientes aprehendidos, 171 bienes inmuebles y 139 cuentas y productos financieros bloqueados, y cinco embarcaciones intervenidas. La bautizada como «operación Mito» se inició tras detectar la presencia en Marbella del conocido narcotraficante gallego junto a otros miembros de su organización, aunque él estaba asentado en Algeciras, donde se desarrolla la mayor parte de la actividad delictiva. Según las averiguaciones de la Policía, en esta última etapa de su carrera criminal Miñanco se había asociado a organizaciones criminales búlgaras , turcas y holandesas y contaba con una extensa red de colaboradores españoles de su máxima confianza que conformaban la organización dedicada al tráfico de drogas más poderosa de Europa.

En la investigación se constataron las continuas medidas de seguridad adoptadas por los integrantes de la organización. De hecho, usaban terminales encriptados para comunicarse e incluso se desplazaban por toda la geografía española para entrevistarse personalmente con el principal detenido y seguir sus órdenes de manera directa. La organización estaba asentada en Madrid y compuesta por ciudadanos españoles y colombianos. Se encargaban del transporte de dinero en metálico o de sustancias estupefacientes mediante el uso de vehículos con compartimento oculto «caleta» y de la recepción del dinero de la organización procedente del tráfico de drogas para su envío a Colombia.

Una de las partes fundamentales en la infraestructura de la organización eran unos astilleros gallegos dedicados a la construcción y venta a terceros de embarcaciones totalmente lícitas.La mercantil utilizaba esa actividad legal para tener acceso al puerto y permitir la entrada de las sustancias estupefacientes. Además, el capo gallego controlaba varios negocios que le permitían introducir en el circuito legal el dinero procedente del tráfico de drogas, y utilizaba sociedades para la elaboración de contratos y facturas ad hoc. Así justificaban documentalmente la entrada de dinero de procedencia dudosa.

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