Socio de honor de la Sociedad Deportiva Compostela: Durante una visita en la que estuvo acompañado por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, a las instalaciones de la Sociedad Deportiva Compostela, el mandatario uruguayo, Tabaré Vázquez, fue nombrado socio de honor y recibió de manos del presidente del club santiagués, Antonio Quinteiro, una camiseta con su nombre firmada por toda la plantilla
Socio de honor de la Sociedad Deportiva Compostela: Durante una visita en la que estuvo acompañado por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, a las instalaciones de la Sociedad Deportiva Compostela, el mandatario uruguayo, Tabaré Vázquez, fue nombrado socio de honor y recibió de manos del presidente del club santiagués, Antonio Quinteiro, una camiseta con su nombre firmada por toda la plantilla - EFE
Visita oficial del presidente Tabaré Vázquez

Galicia destaca la solvencia de sus empresas ante la oferta uruguaya

El país sudamericano busca captar 12.370 millones de inversión foránea para un plan de infraestructuras

Santiago Actualizado: Guardar
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No vive en una choza, ni va al despacho en un vehículo destartalado; tampoco presume de ser pobre hasta casi la miseria ni se pasa el día dando lecciones morales al resto de países del orbe. El actual presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, a diferencia de su antecesor —el admirado por el populismo José Mujica— ha venido a España como embajador de las bondades de su país, con la intención de captar inversión extranjera capaz de completar el programa de infraestructuras de 12.370 millones de dólares que su gobierno ha puesto en marcha. Ayer presentó las líneas maestras de este ambicioso proyecto a un selecto grupo de empresarios gallegos, a los que enunció que su país es una suerte de oasis en América Latina: crecimiento económico sostenido en la última década, seguridad jurídica, ínfimos niveles de corrupción, libertades civiles garantizadas, sin analfabetización, y una democracia real y no bananera.

«A Uruguay se puede ir a hacer negocio sin coche blindado ni escoltas, no se aceptan mordidas»
Tabaré Vázquez Presidente de Uruguay

Acompañado por sus ministros de Economía y Transportes, Vázquez proclamó que el suyo aspira a ser «la puerta de entrada de Europa» en Sudamérica, «un mercado potencial de más de 300 millones de habitantes». El mandatario uruguayo admitió que para mantener su crecimiento «necesitamos una apuesta por las infraestructuras», para lo que «abrimos los brazos fraternalmente» a la inversión privada extranjera. De hecho, de los 12.370 millones de dólares, solo un tercio son para colaboración público-privada, mientras que el resto es exclusivo para capital privado, al que además le ofrecerán distintas exenciones y bonificaciones fiscales vinculadas a objetivos sociales y económicos.

«Uruguay tiene cosas importantes que ofrecer a Galicia y al mundo», aseguró, «somos un gran país para invertir y desarrollarse», poniendo como valor principal «la fuerte estabilidad política institucional», tan denostada últimamente. «No podemos competir en cantidad, pero sí en calidad», defendió Vázquez.

Galicia, nexo de unión

El guante uruguayo ya lo había recogido con anterioridad el presidente de la Xunta. Alberto Núñez Feijóo afirmó que las empresas gallegas «cumplirán» si finalmente desembarcan en Uruguay. «Estamos totalmente seguros de su seriedad», avalada por «la experiencia» y el camino que ya recorrieron en 2015 casi 300 firmas que exportaron bienes y servicios al país iberoamericano. «Cuando se quiere hacer algo sólido, confíe en los gallegos», destacó Feijóo, para quien las empresas de la Comunidad acreditan «solvencia, experiencia, estabilidad y conocimiento» para responder a la oferta de oportunidades que Tabaré Vázquez ha venido a presentar a España.

«Las empresas gallegas se caracterizan por su solvencia, conocimiento, solvencia y estabilidad»
Alberto Núñez Feijóo Presidente de la Xunta de Galicia

El presidente de la Xunta llamó la atención ante la «amenaza» de las políticas que propugnan un repliegue de los países consigo mismos en lugar de abrirse al exterior, ejemplificados en el Brexit o los anuncios de Donald Trump. «Contemplamos con preocupación» los movimientos «que piden endurecer las fronteras», pero «cuanto más se hable de levantar muros, más abrirá Galicia sus puertas», apoyándose «en una identidad inclusiva, no excluyente». Además, llamó a que Galicia y Uruguay «aprovechemos la oportunidad de ser puerta de entrada de Europa e Iberoamérica», lo que reforzará «nuestro nexo de unión».

Feijóo recordó igualmente que la apertura a mercados foráneos ha sido la clave para la supervivencia del tejido empresarial gallego durante la crisis económica, llegando a cifras récord de exportaciones en 2013 y 2014, una senda que se prevé superar en el presente ejercicio a la vista de los primeros nueve meses del año. Además, aprovechó para felicitar a Vázquez por su «forma valiente de impulsar a Uruguay al futuro», al no demonizar al capital privado extranjero para realizar inversiones en su suelo nacional.

Cooperación para el futuro

«Uruguay no es un país cualquiera» sino que mantiene con Galicia «una historia compartida» escrita por los más de 40.000 gallegos que emigraron en el pasado al país sudamericano. «La cooperación entre nuestros países es la fórmula más justa para garantizar el progreso», estimó Feijóo. Le estaba esperando Tabaré Vázquez. «El honor es nuestro por estar en la tierra que vio crecer a tantos padres y abuelos» que llegaron a la Plata «y nos marcaron indeleblemente, porque no fueron a crear un gueto sino a integrarse y marcarnos en lo más profundo a los uruguayos».

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