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Fotografía facilitada por el Consorcio Provincial de Bomberos de Pontevedra

Incendio en FandicostaEl fuego arrasa el 50 por ciento de las instalaciones de la frigorífica

Solo en maquinaría las pérdidas superan los 18 millones de euros. La empresa prevé recuperar «cuanto antes» la actividad

Moaña (Pontevedra) Actualizado: Guardar
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El viento del sur y los materiales de la propia estructura hicieron que las llamas se propagasen con extrema virulencia hasta el punto de manifestarse intratables. «El falso techo actuó como una autopista para el fuego», relataba en la mañana de ayer Roberto Jorge, el gerente del Consorcio Provincial de Parques de Bomberos, dependiente de la Diputación de Pontevedra. Un incendio que redujo a cenizas el 50% de los 25.000 metros cuadrados de instalaciones de la que es la séptima industria pesquera de España, la frigorífica Fandicosta en la localidad pontevedresa de Moaña.

Más de cuatro horas tardaron los efectivos en controlar la situación. «Tuvimos que atender un incendio y una emergencia química», explicó visiblemente agotado el sargento del Parque Comarcal de Bomberos de O Morrazo, Juan Jesús Mariño, en clara referencia a la nube de humo tóxica que se formó y cubrió buena parte de la ría hasta bien entrada la madrugada.

La empresa, que factura más de 100 millones al año, confía en poder mantener la actividad

Para conocer las causas del fuego y el punto exacto de su origen, en palabras del propio Mariño, «habrá que esperar a hacer una evaluación sobre el terreno que ahora mismo es imposible, ya que todavía hay focos activos». Varios drones de la Axencia Galega de Emerxencias comprobaban este martes el estado de las naves afectadas —una planta de transformación, tres cámaras frigoríficas con capacidad para 9.000 toneladas y una planta frigorífica—.

Sí se conoce que el incendio comenzó en la zona de la fachada que da al mar. En un primer momento, los efectivos intentaron extinguir el fuego desde el interior, pero «fue imposible porque nos empezaron a caer cascotes del falso techo», indicó Mariño. Entonces aplicaron el plan B, consistente en hacer un cortafuegos en la parte intermedia de la nave y actuar desde el exterior. «Debido a la situación del viento y el tipo de construcción de la nave se generó un tiro muy rápido de fuego longitudinalmente que avanzaba a mayor velocidad de la que podíamos contener», señaló.

La amenaza de los tanques de amoniaco, conectados a las canalizaciones, concentraron los esfuerzos de los bomberos. «Conseguimos cerrar las valvulerías de las tuberías que vertían este líquido y minimizar así la peligrosidad de la concentración de partículas tóxicas», explicó.

La situación se complicó en el momento en el que empezó a llover, sobre las 23.00 horas del lunes. Entonces, la nube tóxica que durante la tarde obligaba a cortar la AP-9 a su paso por Rande, el Corredor del Morrazo y la carretera de la costa y a desalojar a varios vecinos de la zona, empezó a caer sobre los grupos de extinción que tuvieron que recurrir a equipos especiales de respiración (poco habituales en tareas logísticas) y movilizar la unidad química NBQ con base en O Porriño. La Xunta llegó a activar el Plan Territorial de Emergencias de Galicia en nivel 1, así como el de contaminación marina en fase de alerta, ante la eventual fuga de algún material químico, que quedaba ayer anulado.

El falso techo de la nave facilitó la propagación del fuego
El falso techo de la nave facilitó la propagación del fuego - EFE

La segunda nave, a salvo

El equipo de 35 bomberos (de Ribadumia, Morrazo, O Porriño y los parques municipales de Vigo y Pontevedra) ayudados por 7 motobombas consiguió que el fuego no afectase a la segunda nave de la empresa de procesado de congelados del mar, en la que la plantilla tiene puestas todas sus esperanzas. Al igual que la dirección de la compañía, que confía en volver «cuanto antes a la actividad» en palabras de su presidente, Ángel Martínez Varela.

Como medida, la dirección baraja un ERE que afectaría a un centenar de empleados

El dueño de la factoría afirmó que están estudiando ya las posibles salidas para la plantilla, medidas que podrían pasar por la aplicación de un ERE temporal que afectaría a unos 100 empleados. Con todo, quiso lanzar un mensaje de «tranquilidad» al asegurar que «los trabajadores no van a tener problemas». A este respecto, abogó por trabajar con la máxima celeridad posible para atender a los clientes.

Según explicó, el paso ahora es organizar los trabajos en la nave que no resultó afectada y en la de Vilagarcía para atender la demanda. Para la vuelta a la normalidad habrá que esperar más tiempo, «un año y medio». Martínez Varela valoró como cuantiosos los daños en las instalaciones que, a la espera del informe oficial, cifró las pérdidas entre los 14 y los 18 millones de euros. «Solo en maquinaría la inversión asciende a unos 4.000 millones de las antiguas pesetas», indicó.

Por su parte, el presidente del comité de empresa, Eduard De Llano (UGT), hizo un llamamiento a la implicación de las administraciones, ante la «desolación y preocupación» con la que está viviendo la plantilla esta situación. «Es necesario, estamos hablando de una empresa que factura más de 100 millones de euros al año y que cuenta con una plantilla de 200 personas, llegando a picos de 400».

Apoyo que confirmó el presidente de Fandicosta al asegurar que desde el lunes ha recibido innumerables muestras. Sin ir más lejos, el conselleiro de Industria, Francisco Conde, confirmó que «tenemos que hacer una valoración de los daños, pero ya nos pusimos a disposición de la empresa para ver qué tipo de medidas instrumentar». Hasta la zona se desplazaron para acompañar a la alcaldesa de Moaña, Leticia Santos, una importante delegación de conselleiros, entre ellos Alfonso Rueda, y la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva.

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