«Un escudo balístico te protege, pero no te convierte en invencible»

Agentes gallegos se encargan de formar a Mossos y Guardia Urbana en su manejo

Momento de los cursos de formación con escudos balísticos INÉS BAUCELLS
Patricia Abet

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En atentados como el que el pasado agosto dejó 15 muertos —entre ellos dos niños pequeños— y 131 heridos en las Ramblas de Barcelona la actuación policial es fundamental. Se trata de situaciones de máximo peligro tanto para la población civil como para los propios agentes en las que las reacciones tienen que ser rápidas y acertadas. Los pasos en falso no se permiten, lo que obliga a que los efectivos cuenten con una preparación previa de alto nivel y con todos los medios a su alcance. En el caso de la Guardia Urbana de la Ciudad Condal, el atentado yihadista del 17-A fue el detonante para que el ayuntamiento dotase a sus agentes con unos escudos balísticos (pueden alcanzar los 3.000 euros en el mercado) para los que, sin embargo, no les han dado formación alguna.

«La Administración debería encargarse de formar a los agentes en el uso de estas herramientas, pero en este caso no ha sido así», explica Marcos Bermúdez, ponente en l os cursos que el pasado fin de semana agentes gallegos ofrecieron a efectivos de los Mossos de Esquadra , de la Policía Nacional, de la Guardia Civil, de la Guardia Urbana e incluso de la legión francesa . En total fueron 18 los participantes en unas intensas actividades de formación dirigidas por agentes gallegos. Bermúdez, con 25 años de carrera dentro del Instituto Armado, explica que los cursos se impartieron en una gran nave que buscaba simular un escenario real y próximo al de atentados como el vivido el pasado agosto. La finalidad es enseñar a los policías a usar estos escudos —que pueden pesar entre 6 y 15 kilos— para rescatar a víctimas, avanzar con seguridad o incluso proteger a los servicios emergencias ante una actuación en plena calle.

«Este tipo de escudos (que no son los que se usan en manifestaciones, mucho más endebles) se utilizan para protegerte ante un tirador activo y poder desplazarte» , incide este formador, que participó como ponente en la actividad de manera altruista. «Por eso es básico que los agentes dispongan de formación, porque es la que nos permite el rescate de víctimas heridas en la calle, aunque siempre los advertimos de lo mismo: el escudo es una protección, ganas confianza, pero no debemos sobrevalorarlo porque no nos convierte en invencibles».

Entre las técnicas que los participantes en este tipo de actividades ensayan destaca el aprender a protegerse al tiempo que se domina el arma de fuego. «Enseñamos cómo parapetarse con el escudo para no ser herido. Por eso en las prácticas usamos pelotas de airsoft con las que disparamos a las partes que quedan a tiro, como la pierna o los codos, para que el aprendiz detecte que no lo está usando bien. También se les forma en el manejo del arma de fuego al tiempo que se sujeta el escudo», revela.

Moverse en «binomio»

La técnica es tan vital para no patinar en situaciones límites que los policías también aprenden a cubrirse los unos a los otros trabajando en binomios activos o incluso en grupos de tres. En el caso de esta herramienta de protección, inciden los expertos, lo normal es que una persona porte el escudo y la otra la proteja desde atrás con, por ejemplo, escopetas que lanzan botes de humo. De ahí que las simulaciones se lleven a cabo en lugares los más próximos a la realidad, como plazas, salas de cine o incluso viviendas.

La efectividad de este tipo de defensas está tan probada que en ciudades como Madrid, el Samur cuenta con una unidad con escudos y cascos balísticos lista para intervenir en circunstancias de alto riesgo.

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