Ellas (también) quieren ser ingenieras

El porcentaje de mujeres en estudios de ingeniería retrocede. La Universidad de Vigo reacciona con un programa de mentoras. «Nos estamos cerrando las puertas a nichos de futuro, ampliando las brechas de salario y de oportunidades», advierte la vicerrectora Dolores González

Edita de Lorenzo, Teresa Pedrosa, Dolores González, Carmela Silva y Susana López Abella XUNTA

R. L.

«Un padre y su hijo viajan en coche y tienen un accidente grave. El padre muere y al hijo se lo llevan al hospital porque necesita una compleja operación de emergencia, para la que llaman a una eminencia médica. Pero cuando entra en el quirófano dice: «No puedo operarlo, es mi hijo». ¿Cómo se explica esto?». Este acertijo, viralizado en las redes sociales con motivo del pasado Día Internacional de la Mujer, confrontó a una parte importante de la sociedad con la realidad de los estereotipos de género que arrastra el subconsciente colectivo . La eminencia médica, ciertamente, es la madre de la víctima, pero sólo el 14% de los universitarios sometidos en 2014 al experimento por investigadoras de la Universidad de Boston encontraron la respuesta. Cuando en las aulas de Primaria se propone en un lenguaje que se dibuje a un científico, expone Dolores González, vicerrectora de Estudiantes de la Universidad de Vigo, el resultado sigue siendo una mayoría aplastante de protagonistas masculinos, y el acceso de las mujeres a los estudios universitarios del ámbito STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) lejos de aumentar, decrece.

En el caso de la UVigo, el porcentaje de alumnas de nuevo ingreso en sus títulos de ingeniería fue en 1991-1992 del 23,6%, una proporción que en el curso actual se recorta hasta el 19,7%. En el conjunto autonómico, los datos son similares, pasando de un 36,4% en 2004-2005 al 24,5% de una década después. La evolución, compartida en el entorno OCDE, es «preocupante» , y, por ello, la UVigo ha decidido intervenir, con un programa de mentoras —«Inspirando ás Rapazas para Estudar Enxeñería, IREI—, que ayer echó a andar en Vigo, con el apoyo del Consorcio Zona Franca, la Diputación de Pontevedra y la Secretaría Xeral de Igualdade de la Xunta, y la experiencia acumulada por el programa gemelo Inspira Stem de la Universidad de Deusto.

IREI, expone Dolores González, trabajará ahora con el mundo empresarial y las redes de mujeres en la captación de mentoras: mujeres profesionales que puedan compartir a partir del curso próximo una serie de seis sesiones con alumnas de 6º de Primaria en las que acercarles referentes reales de profesionales en el ámbito STEM que puedan servir de inspiración y contrarresten los estereotipos heredados . A veces, apunta González, es un simple «¿estás segura?», inexistente en el caso de los chicos, el que desincentiva a una joven que manifiesta su interés de estudiar una ingeniería. Lo que está en juego, indica la vicerrectora, es mucho: «Nos estamos cerrando las puertas a nichos de futuro, ampliando las brechas de salario y de oportunidades».

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