De La Coruña a la Antártida

Nadar en aguas heladas, avistar osos polares, pingüinos o lobos de mar son algunos de los atractivos del buque de expedición de Hurtingruten que recaló en el puerto herculino

Una pasajera en la cubierta del barco durante su parada en La Coruña MIGUEL MUÑIZ

ROMINA ALONSO

El puerto de La Coruña recibió esta semana al barco MS Fram, un crucero muy especial. Se trata del buque insignia de la compañía noruega Hurtingruten que recaló en la dársena gallega, convirtiéndolo en el primero de España en el que se detiene en su recorrido hacia la Antártida. Sus viajes se desarrollan en lugares con características extremas. El crucero de la compañía Hurtingruten ofrece a sus pasajeros la posibilidad de visitar paisajes helados, contemplar auroras boreales y observar la fauna y flora de estas localizaciones tan particulares. A pesar de ser un barco vacacional, las fiestas no forman parte de su oferta, donde la cultura y la tranquilidad ocupan los principales puestos. Las «experiencias extraordinarias» son su objetivo principal, aunque también realizan viajes «más convencionales» para conectar la costa noruega.

Desde 2002, la empresa envía de manera regular barcos a la Antártida, al ser una propuesta que dio grandes resultados. La motivación principal de la compañía es «mover gente en todos los sitios más bonitos del planeta», explica Arnau Ferrer, de Hurtingruten. Además, define estas vacaciones como «un viaje de placer en condiciones extremas», ya que los cruceristas realizan estas expediciones en lugares donde las temperaturas siempre son negativas y en donde el tiempo es imprevisible, razón por la que cada vez que los pasajeros bajan del barco llevan material de supervivencia para tres días y por lo que cada viaje puede ser diferente.

Destinos elegidos

El Ártico y la Antártida son los destinos más demandados dentro de la oferta de la compañía. Sus rutas recorren los paisajes helados de Groenlandia, las Islas Malvinas, Spitsbergen, Islandia o Noruega. A pesar de los riesgos y las condiciones extremas, la media de edad de los cruceristas se sitúa en torno a los 70 años. El perfil del usuario de este tipo de rutas son personas mayores, procedentes de países nórdicos y con flexibilidad temporal para realizar los viajes en el momento del año más propicio. Además de poder asumir los costes que supone viajar con la compañía noruega, algo que no es precisamente económico. Los precios son «caros», según Ferrer, que explica que se puede hacer el mismo viaje saliendo de Amsterdam y más barato que en un crucero de esta compañía. Para disfrutar del «mejor» trayecto que ofrece Hurtingruten serán necesarios unos 12.000 euros por persona, con los que se pondrá rumbo a la Antártida en un viaje de 23 días. Desde esta empresa tienen claro que los usuarios optan por elegirlos por el modelo de viaje que ofrecen.

El frío es uno más en este tipo de vacaciones, pero, pese a todo, Ferrer destaca que «la gracia del invierno son las auroras boreales, aunque se esté a veinte grados bajo cero». Es en estas condiciones tan extremas donde los cruceristas pueden observar también animales como los pingüinos o los lobos de mar, así como osos polares desde la seguridad del barco o las lanchas de expedición. Además de esto, los más atrevidos se animan a darse un baño muy rápido en las frías aguas de la Antártida. Hurtingruten ofrece unas vacaciones diferentes, donde la tranquilidad y los paisajes helados son los encargados de hacer que los pasajeros vivan una experiencia única a cualquier otro viaje.

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