Los representantes empresariales de cada país con Carme Pampín, en el centro, responsable de Bioga
Los representantes empresariales de cada país con Carme Pampín, en el centro, responsable de Bioga - CEDIDA

Las «biotech» gallegas se lanzan a por EEUU, Israel y Dinamarca

El sector fija estos tres países como «zonas prioritarias» para tejer alianzas y expandirse

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Estados Unidos porque «es uno de los territorios más atractivos e interesantes para cualquier compañía o proyecto biotech», Dinamarca porque «es un mercado poco conocido y muy interesante para el ecosistema bio» e Israel porque «cuenta con un polo biotecnológico muy importante y puntero». Estas son las razones que justifican, en palabras de Carmen Pampín, presidenta del Clúster Tecnológico Empresarial de las Ciencias de la Vida (Bioga), que las empresas gallegas del sector fijen su expansión internacional en estos países de aquí a 2020. Un horizonte temporal en el que se buscarán posibles alianzas y se explorarán vías de negocio y la apertura de nuevos mercados.

Un objetivo en el que Bioga, que agrupa a medio centenar de socios, cuenta con el respaldo del Consorcio Zona Franca de Vigo.

Juntos pretenden «facilitar el acceso a las empresas gallegas a estos mercados», indicó Pampín durante la jornada «Oportunidades de negocio del Sector Biotecnológico de Galicia. Experiencias de internacionalización». La presidenta del clúster indicó que «todo depende de las necesidades de las empresas biotech galegas; podemos ayudarlas a buscar clientes, a buscar un socio para colaborar o, incluso, a la implantación en esa zona». Entre los proyectos que comparte con el Consorcio, citó una candidatura Poctep para la creación de un Clúster Biotecnológico Transfronterizo y de un Centro Internacional de Evolución Gastronómica y la puesta en marcha de un HUB internacional de iniciativa bio.

«Medicon Valley»

El primer paso ya está dado. Este año hay programada una Misión Comercial Bio a Dinamarca, país que cuenta con uno de los clúster internacionales de biomedicina y biotecnología más importantes del mundo, el denominado «Medicon Valley», una iniciativa compartida con Suecia, y que está considerado el «Silicon Valley» de las ciencias de la vida.

No solo Pampín ensalzó ayer el potencial danés, pues las jornadas contaron con expertos procedentes de los tres países considerados «objetivo» para el sector gallego, como es el caso de Thomas Thestrup. Asociado en Sunstone, uno de los fondos de capital riesgo más activos de Dinamarca, centró su intervención en las oportunidades para la biotecnología de Galicia en ese país, donde la excelencia de sus universidades y centros de investigación, junto con la colaboración con la industria, hacen posible un ecosistema ideal para la proliferación de empresas bio y farmacéuticas.

Thomas Wilckens, fundador y CEO de InnVentis, habló de Israel, del que destacó que cuando una empresa extranjera abre una subsidiaria en suelo israelí, ésta adquiere los mismos derechos en todos los ámbitos que las empresas locales, incluido el de la financiación. Como principal socio de Estados Unidos, este hecho permite abrir desde el país mediterráneo una importante puerta hacia América del Norte, responsable del 70% de la investigación y desarrollo que se realiza en biotecnología en todo el mundo y del 86% de su financiación. Y no faltan opciones para las «biotech gallegas» en este último país, tal y como se encargaron de destacar Eduardo Pareja, fundador y CEO de Era7 Bioinformatics, y Christa Bleyleben, socia directora de MassGlobal Partners LLC. Según indicaron, la estrategia de entrada más habitual en Estados Unidos es la negociación de alianzas o partnerships.

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