Autopsia a un calamar gigante: víctima de un combate por alimento

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas completa la necropsia del único ejemplar encontrado vivo fuera de las costas de Japón. La hembra, de 105 kilos de peso, todavía respiraba cuando apareció en el puerto coruñés de Bares

Equipo del CSIC, durante la necropsia practicada en Luarca CSIC

ABC.ES

La hembra de calamar gigante que en octubre de 2016 apareció varada en una playa cercana al puerto coruñés de Bares falleció a causa de las graves lesiones sufridas en un combate con un ejemplar de su propia especie por un banco de bacaladilla . Así lo revela la necropsia practicada por el Grupo Ecobiomar del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo al único ejemplar de esta «elusiva especie» hallado vivo fuera de las costas de Japón, cuyos resultados acaban de ser publicados en la revista «Ecology».

Con 123 centímetros de longitud del manto y 105 kilos de peso, el calamar, recuerdan los investigadores del CSIC, dirigidos por Ángel Guerra , apareció nadando el 7 de octubre de 2016 entre las embarcaciones fondeadas en las proximidades del muelle de Bares, a unos tres metros de profundidad. Había perdido sus tentáculos, pero todavía «respiraba, se desplazaba y cambiaba ligeramente de colocación» . Horas después varaba en un arenal cercano, donde, en un « hecho insólito en el mundo que sólo tiene un precedente en unas imágentes obtenidas hace dos años en Japón », podía ser fotografiado aún con vida por un aficionado que paseaba por la playa.

En una primera inspección, «con el cadáver todavía muy fresco», se comprobó que se trataba de «una hembra inmadura, con numerosas marcas de ventosas y heridas alargadas en su epidermis». La necropsia, practicada en Luarca (Asturias) con la colaboración de la Coordinadora para el Estudio y la Protección de las Especies Marinas (Cepesma) , se realizó una semana después del hallazgo e identificó el origen de esa lesiones. Según las conclusiones publicadas ahora en «Ecology», el tamaño y forma de las ventosas sugiere que el animal mantuvo una lucha con un ejemplar más grande de su propia especie. «El escenario que creemos que se produjo —mantienen los investigadores— fue la competencia entre dos ejemplares de calamar gigante por peces de un banco de bacaladilla, su principal alimento en esa época del año». Este comportamiento de robo de una presa entre cefalópodos, añaden, se había observado sólo una vez y en acuario hasta la fecha, por lo que, «constituye un hallazgo relevante para el conocimiento de la ecología de esta elusiva especie ».

En la actualidad, el ejemplar se conserva en el Parque de la Vida de Luarca.

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