Marta Álvarez, encargada de coordinar este tipo de seminarios
Marta Álvarez, encargada de coordinar este tipo de seminarios - M. M

El arte de dar una mala noticia

Proliferan en Galicia cursos y talleres para formar a los profesionales sanitarios a la hora de comunicar un mal diagnóstico a un paciente o el fallecimiento de un familiar

Santiago Actualizado: Guardar
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Una enfermedad terminal, el fallecimiento de un ser querido o la pérdida de un hijo. Comunicar este tipo de situaciones forma parte del trabajo de los profesionales médicos, aunque son pocos los que saben cómo hacerlo de forma correcta causando el menor daño posible a los familiares. Para corregir esta situación, que dificulta también el día a día de los sanitarios, cada vez son mas las charlas, seminarios y talleres en toda Galicia enfocados a que los facultativos de los hospitales gallegos aprendan a comunicar malas noticias de forma adecuada.

«No han sido formados para ello y ellos mismos reconocen que comunicar situaciones como la muerte de un ser querido les genera más estrés en su día a día», explica Marta Álvarez, miembro de la Oficina de Coordinación de Trasplantes de Galicia y encargada de organizar charlas sobre esta materia.

Según Álvarez, los propios médicos admiten que la falta de habilidades comunicativas es «una carencia en su formación», por lo que muchos recurren a eufemismos, tecnicismos o explicaciones cortas para ahorrarse el mal trago que supone dar una mala noticia. Este tipo de seminarios intentan hacerle ver a los sanitarios que «tienen que estar preparados», porque ellos van a ser los encargados de recoger las primeras manifestaciones de dolor de pacientes y familiares, algo que para ellos «también supone un gran impacto».

«Estas informaciones nos producen angustia y miedo y pensamos más en nosotros mismos que en el paciente»
Jesús Novo Rodríguez Grupo Comunicación e Saúde

«Hay que escuchar, mirar al paciente y preguntarle. Estar atento a sus demandas y sus emociones», explica Jesús Novo, médico y coordinador del grupo Comunicación e saúde, dedicado a formar a los facultativos para mejorar sus habilidades comunicativas a la hora de dar malas noticias. Según Novo, son los profesionales sanitarios los que deberían adaptarse a las demandas de enfermos y familiares y no pensar tanto en sí mismos y en el mal trago que implica una comunicación de este tipo. «El principal error es no darnos cuenta de que estas informaciones a nosotros mismos nos producen angustia y miedo. Muchos profesionales pueden pensar en sus propios sentimientos en vez de en la otra persona y, por eso, muchas veces se dan malas noticias de forma brusca o en un pasillo donde los pacientes y familiares sienten que no pueden llorar ni hacer ningún tipo de manifestación de dolor. En el fondo estamos deseando escapar», explica.

Falta de formación

Tanto Novo como Álvarez insisten en que son cada vez más los profesionales que demandan formación en esta materia, con la que se tienen que enfrentar día a día y que está prácticamente ausente en las facultades de Medicina. «Queda un camino larguísimo por recorrer. Estamos muy entrenados para conocer y llevar a cabo muchas técnicas, pero no para la gestión de las emociones», relatan.

«Estamos muy entrenados para controlar muchas técnicas, pero no para la gestión de las emociones»
Marta Álvarez Vázquez Coordinación de trasplantes

La también miembro de la oficina de Coordinación de Trasplantes incide en cómo las habilidades comunicativas se hacen más necesarias en el caso de la donación de órganos, donde el facultativo debe transmitir a los familiares el fallecimiento de un ser querido y requerir la donación. «Lo viven como un estrés mayor. Pero es importante que los médicos comprendan que no son ellos los que causan el dolor emocional a los afectados, sino el fallecimiento de su familiar», resume.

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