Alertan de la difícil situación en la que quedan 1.800 marineros ante el anunicio de ruptura de la UE
Alertan de la difícil situación en la que quedan 1.800 marineros ante el anunicio de ruptura de la UE - EFE

Armadores ven en el Brexit una ocasión para actualizar las cuotas

La salida de Reino Unido atenaza a una flota de 140 barcos de capital gallego

Santiago Actualizado: Guardar
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Cuando el impacto del Brexit todavía no se ha dejado sentir con toda su fuerza, aunque sí se notan ya los efectos de su anuncio, la incertidumbre de qué pasará cuando se haga efectiva la salida del Reino Unido de la Unión Europea mantiene en alerta a todos los sectores. Ayer eran los armadores de Vigo los que tomaban la palabra para advertir que afectará a 1.800 marineros, tripulantes de unos 140 buques de capital gallego y que faenan bajo diferentes banderas en aguas de Gran Sol y de Malvinas. «Debemos hacer valer los derechos adquiridos», señalaba ayer Javier Touza , presidente de la Cooperativa de Armadores del Puerto de Vigo (Arvi), quien mostró especialmente su preocupación por los buques que desarrollan su actividad en la Malvinas, un caladero de «difícil sustitución», dijo, con importaciones que rondan los 200 millones de euros.

En este sentido, y a modo de recomendación ante las negociaciones que se abren, apuntó a la posibilidad de valorar un anexo específico sobre los territorios británicos de ultramar en el tratado que se firme. La otra opción, señaló, sería un acuerdo bilateral de pesca entre la UE y las Malvinas.

Más allá de reflejar su inquietud por el importante impacto de la decisión de los británicos sobre el sector pesquero gallego, cree que podría aprovecharse como «una oportunidad» para actualizar el sistema de cuotas pesqueras. Según indicó, existen «argumentos» para que la flota de la Comunidad tenga una postura clara en las futuras negociaciones derivadas de este cambio.

Dependencia pesquera

Touza recordó que Galicia es la zona con mayor dependencia de este sector en la zona de la Unión Europea, con 30.000 trabajadores, por lo que abogó por establecer criterios más flexibles en la cesión de cuotas entre estados y, en consecuencia, «romper con la infrautilización de los recursos». En todo caso, insistió en la urgencia de que los TACs se fijen según «criterios ecosistémicos, y no políticos». Apostó así por acabar con unos «criterios de reparto obsoletos» para tornar a un sistema en el que se tenga en cuenta «la evolución socioeconómica» de las regiones.

En estos términos se pronunciaba ayer con ocasión de su participación en una jornada celebrada en el Círculo de Empresarios de Galicia y organizada por la auditora KPMG España acerca del impacto del «Brexit» en la economía y las empresas gallegas. No hay que olvidar que Reino Unido es uno de los países de referencia para las exportaciones gallegas, siendo el tercer destino en peso solo por detrás de Francia y Portugal. Supone el 8 por ciento de sus exportaciones (crecieron solo en 2016 un 42 por ciento), sobre todo en automoción y bienes de equipo, mientras que la pesca representa un 4 por ciento. Además, el país británico es el segundo destino de inversión empresarial gallega en el exterior. Según un estudio elaborado por KMPG, sobre el que se informó ayer, las principales preocupaciones de las empresas gallegas son los impactos financieros y fiscales del «Brexit».

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