Arias deja la presidencia de la CEG tras un año de «constante pelea»

La patronal pierde a su tercer presidente en cuatro años y deberá elegir nuevo líder

NATALIA SEQUEIRO

En apenas cuatro años, la patronal gallega pierde a su tercer presidente. El coruñés Antón Arias presentó ayer su dimisión tras doce meses de «constante pelea y confrontación permanente» . Arias aseveró que se va para provocar una «reflexión» y una «catarsis» en el seno de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), que no logra escapar de la profunda crisis interna marcada por las luchas de poder entre las federaciones provinciales . En dos meses, los empresarios gallegos deberán elegir a un nuevo presidente.

En rueda de prensa en Santiago, Arias aseveró que deja la presidencia de la CEG al ver imposible cumplir con uno de los dos compromisos que asumió al acceder al cargo. Recogió la institución a punto de entrar en concurso de acreedores, pero ayer aseveró que sí ha logrado darle viabilidad económica. Sin embargo, el propósito de cambiar los estatutos de la patronal gallega ha sido imposible . « No se quiso ni entrar a valorar el documento, hubo una situación de oposición desde el principio », aseveró. Arias resaltó que cuenta con los mismos apoyos que cuando accedió al cargo, pero que para aprobar cualquier cambio es necesario contar con el 75% de los votos por lo que con que sólo una organización provincial se oponga no es posible cambiar nada.

El último presidente de la CEG llegó al cargo el 27 de enero del año pasado gracias a los votos de A Coruña y Lugo, pero con un fuerte rechazo en las federaciones del sur de Galicia, Pontevedra y Orense. Éstas últimas denunciaron entonces que se había negociado el nombre de Arias sin contar con ellas. El exlider de la patronal ya había manifestado en diferentes ocasiones que desde Pontevedra y Orense se intentaba torpedear la acción de gobierno y ayer acusó veladamente a estas federaciones de anteponer los intereses personales a los del conjunto de la organización.

La propuesta de reforma de los estatutos intentaba apaciguar las aguas promoviendo un reparto salomónico del poder, una presidencia rotatoria que ocuparía cada dos años una de las cuatro provincias. La fórmula, que había sido propuesta por Orense, no acababa tampoco de suscitar acuerdo. El propio presidente de la patronal orensana, José Manuel Pérez Canal manifestó en su día que no aprobaría la reforma de los estatutos que proponía el equipo de Arias. La votación estaba prevista para una asamblea, que finalmente se celebró este mes sin que el cambio de estatutos lograse entrar en el orden del día. La idea de la presidencia rotatoria , resaltó ayer Arias, pretendía «generar un consenso», pese a que la fórmula como tal «no gustase» .

El expresidente de la CEG enmarcó ayer las críticas vertidas contra él por sus declaraciones a favor de la celebración de un referéndum en Cataluña o la necesidad de subir los salarios, a un intento de «debilitarlo» desde los sectores que ya lo veían «débil». En octubre, sus predecesores en el cargo, José Manuel Fernández Alvariño y Antonio Diéter Moure pidieron su dimisión. Entonces dijo que no lo haría, pero finalmente se marcha apelando a que la institución encuentre un candidato de consenso.

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