Aramburu, Montenegro y Rothman, ganadores del premio San Clemente

El galardon lo otorgan cada año alumnos de bachillerato de un instituto santiagués

Alumnos de bachillerato que formaron el jurado de esta edición MUÑIZ

ROMINA ALONSO

La XXIII edición del Premio San Clemente-Abanca premia la situación de la mujer, la realidad vasca y el conflicto nazi en las obras de Xosé Monteagudo, Fernando Aramburu y Ralf Rothman . Los autores se alzaron con los galardones de las modalidades de lengua gallega, lengua castellana y lengua extranjera. Durante la mañana de ayer, fueron los propios estudiantes que integraron el peculiar jurado los encargados de desvelar los nombres de los libros que en esta ocasión destacaron. De este modo, «Todo canto fomos», «Patria» y «Morir en primavera» son los libros que recomienda el jurado compuesto por alumnos de institutos de Galicia, Inglaterra, Rusia, Francia y Alemania.

El instituto Rosalía de Castro de Santiago de Compostela fue el escenario donde los estudiantes de segundo de bachillerato, acompañados del director del centro, Ubaldo Rueda, el secretario general de Política Lingüística, Valentín García y el director de Comunicación y Relaciones Institucionales de Abanca, Isaac González Toribio, expusieron sus valoraciones y los votos que finalmente otorgaron a cada novela. Las muchas cualidades que la novela de Monteagudo presenta y su capacidad «para enganchar a través de la narración» , según explicaron los miembros del jurado, fue lo que hizo que destacase entre sus competidoras. «El autor consigue enganchar en cada trama» , resaltaron los jóvenes. En el caso de «Patria» , la realidad retratada fue la que cautivó a los alumnos que disfrutaron de una narración «sin tapujos». En el panorama internacional fue la obra de Rothman la que consiguió la atención de los jóvenes, quienes premiaron esta historia de temática antibelicista contada «desde la perspectiva nazi».

Jurado diferente

La peculiaridad de este premio es la participación activa de los estudiantes de segundo de bachillerato que componen en su totalidad el jurado, dándoles así el poder de decidir libremente los ganadores del galardón literario y promoviendo entre ellos el gusto por la lectura. La objetividad fue una de las características que tanto Rueda como González destacaron ya que «el nombre» no les afectó, los jóvenes premiaron «el contenido».

Por su parte, el secretario general de Política Lingüística aseguró que se trata de «un premio muy fresco» donde autores consagrados se ven superados por otros más jóvenes y que «iguala la literatura gallega con la mundial».

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