El 155 abre otra factura en la Marea

Cuatro diputados del ala nacionalista plantan una votación sobre la aplicación del artículo

El portavoz de En Marea, Luís Villares, ayer en el Parlamento XOÁN REY/EFE

M.N.

En Marea importa sus problemas internos del secesionismo. Si primero fue Podemos el que se desmarcó de la sintonía con el «procés», ahora el ala más nacionalista de la confluencia vuelve a abrir una vía de agua en la disciplina del grupo parlamentario . Esta vez por la aplicación del artículo 155. Ayer, los diputados adscritos a Anova, Antón Sánchez y Davide Rodríguez, la parlamentaria de Cerna, Paula Verao, y la no adscrita, Ánxeles Cuña —nieta de Alexandre Bóveda—, se ausentaron de una votación que buscaba denunciar la «criminalización» del separatismo.

La iniciativa, que corría a cargo del BNG pero que fue rechazada con los votos en contra de populares y socialistas, generó otro enconado debate interno en el seno de En Marea. Por un solo voto de diferencia, los catorce diputados rupturistas acordaron al término de una reunión que la mejor alternativa pasaba por abstenerse , toda vez que los nacionalistas rechazaron una enmienda y la votación por puntos del texto. Once cumplieron el mandato. Pero cuatro dieron plantón a sus compañeros.

Según fuentes consultadas por Europa Press, el líder de la organización, Luís Villares, figuraba entre los partidarios de apoyar la proposición no de ley, y por tanto de rubricar una nueva muestra de solidaridad con el secesionismo . Su opción perdió, pero a pesar de ello, el magistrado en excedencia sí estuvo presente en el momento de las votaciones.

Con la de ayer, En Marea padeció otra muestra de cómo el debate territorial pone a prueba sus propias costuras . En esta ocasión no fueron los diputados afines a Podemos e Izquierda Unida (más de la mitad del grupo) los que dieron la nota discordante; sino que la fisura se produjo por el vector más soberanista. En el pasado reciente, Anova ya mostró su apoyo público al referéndum ilegal del 1 de octubre aunque se convocara de forma «unilateral».

Estos y otros acercamientos generan un clima de permanente incomodidad para algunos diputados . Empezando por el propio Villares, que como portavoz asume la tarea de hacer de paraguas de todas las sensibilidades, pero también de otros cuadros, como la secretaria general de Podemos Galicia, Carmen Santos. En conversación con ABC, la dirigente morada llegó a puntualizar que su discurso «es incompatible con el independentismo». Tanto es así, que el apoyo a muchas de las maniobras comandadas por Puigdemont alejó todavía más las posibilidades de que el partido de Pablo Iglesias se adentrara en la estructura populista, cuando falta un año y medio para las municipales y el gran reto pasa por retener las alcaldías de Santiago, La Coruña y Ferrol.

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