El Tajo trasvasa a Portugal diez veces más agua que al Segura en excedentes

El problema del agua en el sur de la Comunidad Valenciana es una simple cuestión de reparto y de «voluntad política», tal como apuntó esta semana el catedrático Antonio Gil Olcina en el momento de oficiar la presentación oficial del Foro Pro Agua, el enésimo intento alicantino por procurarse recursos hídricos suficientes. Un dato aportado por el también rector honorífico de la Universidad de Alicante revela que tal vez no le falte razón: el Tajo envía nada menos que diez veces más caudal a Portugal al año que al río Segura solo en excedentes, en agua sobrante más allá del flujo estipulado con criterios ecológicos.

Son 2.700 hectómetros cúbicos la reserva anual acordada generosamente por los gobiernos español y portugués a finales de la década, plasmado en el Convenio de Albufeira.

Pero actualmente se están desembalsando desde el curso más alto del Tajo 7.000, según Gil Olcina. Esa diferencia de 4.300 hectómetros equivale a más de diez veces la cantidad que llega al Segura, que además se ha ido reduciendo progresivamente desde los 600.

Es más, el año pasado incluso se tuvo que laminar, es decir, reducir los caudales circulantes desde el pantano transfronterizo de Cedillo por la sobreabundancia de agua.

En la presentación del Foro Pro Agua, el presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (SCRATS), José Manuel Clavel, corroboró la denuncia de que los desembalses en la cabecera hacen que pase por Aranjuez, Toledo y Talavera de la Reina hasta el doble de metros cúbicos por segundo de lo establecido por la normativa, tal como había transmitido otro portavoz del SCRATS, Ángel Úrbina, al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en su visita a Alicante, como reveló ABC.

Riesgos contaminantes

En el manifiesto fundacional del citado foro, se plantean asimismo algunos peligros si persiste la restricción de trasvases a tierras alicantinas. De hecho, la última transferencia, de únicmente ocho hectómetros cúbicos, se destina exclusivamente a abastecimiento doméstico, nada para riego.

Entre estas amenazas, se mencionan en el documento los «riesgos para la salud pública derivados de la transferencia de aguas contaminadas por sustancias orgánicas e inorgánicas». También como aspecto ecológico a tener en cuenta, se habla de la «sobreexplotación de acuíferos», y en la exposición oral subrayó que en la zona de Villena se está extrayendo ya agua a más de 300 metros de profundidad, con el peligro de alcanzar capas salobres.

Mientras los alicantinos aúnan fuerzas entre empresarios, expertos de las universidades y agricultores, en Castilla-La Mancha los dirigentes socialistas que mantienen un recurso judicial contra los trasvases, han mostrado hace unos días cierta flexibilidad en sus planteamientos. Así, el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez, se declaró convencido de que si su partido gana las Elecciones Generales estas transferencias «se harán cuando se tenga que hacer». Incluso reconoció que en el programa electoral del PSOE no se incluye ninguna enmienda que ponga fin al Tajo-Segura.

Al fin y al cabo, esta cuestión de Estado ya arrancó en 1933 con el primer Plan de Obras Hidráulicas, antecedente del Plan Hidrológico Nacional (PHN), tal como rememoró Gil Olcina.