La asociación festera de Alcoy aprobará sus cuentas sin mostrarlas

La gestión de las fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy lleva camino de suspender otro test de democracia el próximo jueves, 28 de enero, salvo cambios de última hora, cuando solamente una minoría del censo festero -los 52 con derecho a voto entre 11.400- tendrán que refrendar en asamblea las cuentas de la Asociación San Jorge a ciegas, sin acceso a ninguna documentación sobre la cuestión.

A fecha de hoy, tan solo dos denunciantes que reclamaron en los juzgados esta información -tal como avanzó ABC- han recibido por escrito actas con los datos acerca de los ingresos y los gastos, que consideran un tanto confusa, aunque valoran como un primer paso en la buena dirección para conseguir que la transparencia se convierta en la norma de funcionamiento.

Eso sí, se corresponde al ejercicio económico anterior, el de 2014, no el de 2015 cuya liquidación se someterá a votación esta semana en la asamblea, junto con la previsión para el presente ejercicio.

Cada «primer tró» o representante de su escuadra con derecho a voto, ese medio centenar, ha recibido únicamente el orden del día de la asamblea, mientras que el resto de los festeros ni siquiera eso y, por lo tanto, ni conocen qué se decidirá en la reunión. Una discreción extrema, a pesar de que como asociación recibe 135.000 euros anuales de subvención directa de las arcas municipales y gestiona la venta de sillas para seguir los desfiles de las Entradas -que genera unos 390.000 euros-, entre otras competencias delegadas del Ayuntamiento.

División política

Además del punto referido a la contabilidad, en esta ocasión se solicitó por parte de la Filà Chano una modificación de la ordenanza para que las mujeres y las niñas puedan participar en el acto de la Gloria, con lo que la asamblea volverá a traer a colación la controversia por la discriminación femenina en la fiesta. La asociación reivindicativa Fonèvol ha incidido en la última semana en estos agravios, que también investiga la Audiencia Provincial tras otra denuncia.

Las suspicacias que genera esta forma de llevar la coordinación de los festejos en un sector creciente de la población alcoyana no ha movido casi ni un ápice la tutela del equipo de gobierno y, en cambio, ha puesto en evidencia una división política entre las fuerzas con representación en el Consistorio que va a más.

Mientras los socialistas que gobiernan en solitario se ponen de perfil cuando arrecian las críticas por la discriminación o la falta de transparencia y su concejal de Fiestas, Raúl Llopis, defiende los «avances» de los últimos tiempos y la voluntad de cambio progresivo, tanto los nacionalistas de Compromís como Guanyar Alcoi (marca de Podemos) reclaman progresos más nítidos. Los primeros advierten de posibles problemas legales si falla la seguridad durante los desfiles, al no quedar claro de quién sería la responsabilidad -si del Ayuntamiento o de la Asociación San Jorge- y dudan de la recaudación sin tributos, mientras que los representantes del partido de izquierda ponen el acento en que se aclare el destino de las subvenciones municipales con más precisión.