Guillem Bertomeu - LLETRAFERIT

Y mientras Ribó, observa desde su chester

«El señor Grezzi nos ha puesto una ciudad patas arriba con su anillo ciclista»

Guillem Bertomeu
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Siempre me han enseñado que la experiencia es un grado, pero este gobierno municipal del Ayuntamiento de Valencia parece que cada mes que pasa, en vez de aprender de errores por inexperiencia, los acentúan más. Debe ser algún tipo de fetichismo, de tener la voluntad intrínseca de crear problemas donde no los hay, por el mero hecho de estar en la palestra mediática. También me enseñaron el dicho de que “mejor que se hable de uno, aunque sea para mal”. Pues los concejales de este des-gobierno municipal se lo han cogido con papel de fumar.

El concejal que ha tomado la delantera en notoriedad en este recién estrenado 2017, es el “Inmovilista” edil de Movilidad, Giussepe Grezzi. Usando un símil ciclista, de esos que tanto al parecer le gustan, ha realizado un “esprint” y se ha escapado de sus competidores por el cetro de liderazgo entre sus posibles y futuros rivales de Compromís, Fuset y Galiana.

Inmovilista porque es muy difícil poder discutir con él, y en sus redes sociales que tanto le gustan, solo le sirve para sacar pecho de sus propias acciones y huir de cualquier tipo de crítica o diferencia de opinión, y de autocrítica ni hablamos, y con una finalidad clara, por lo menos en eso no se esconde nunca, que no es otra que acabar con los coches en nuestra ciudad, así que avisados estamos.

El señor Grezzi nos ha puesto una ciudad patas arriba, con su anillo ciclista. Siete meses se llevan ya sin tomar medidas en el peligroso cruce de la intersección de la calle Gómez Ferrer con la avenida Blasco Ibáñez, funestamente llamado “cruce de la muerte”, que sigue manteniendo a día de hoy las luces rojas de aviso de peligro fundidas.

Otro de los frentes que tiene abierto el “inmóvil” Giussepe es el conflicto con los comerciantes de la calle Colón, que denuncian la supresión de la casi totalidad plazas de aparcamiento de ORA. La nula señalización de la supresión del giro a la calle Jorge Juan y la total reducción del espacio destinados para la carga y descarga del género.

Esa misma situación también lo han denunciado los vecinos de Guillem de Castro, sobre todo por la eliminación de plazas de aparcamiento entre las calles Hospital y Rojas Clemente. Mientras tanto, nuestro concejal se va de fiesta a celebrar el primer aniversario de la peatonalización de la Lonja de la que se desmarcaron los propios vendedores del Mercado Central que ya han argumentado que ellos no tienen nada que celebrar, ya que este último año se ha empeorado de manera contundente en accesibilidad.

Lo más preocupante es qué hace Ribó al respecto. Parece que callar y observar desde su nuevo sillón chester los desmanes y fuegos que le aparecen a diario desde sus concejalías y cuando ya no puede más pues crea problemáticas artificiales para desviar la atención mediática. Primero fueron los toques de campanas, después el nombre de la ciudad de Valencia y dentro de nada volveremos con el “clásico” tema del pago del Ibi para la iglesia, mucha ortodoxia y dogma, disfrazada en falsa progresía.

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