Vicente Ordaz - EL FARO

De por vida...

«Urge una nueva reforma de la normativa de las penas por estos delitos»

Vicente Ordaz
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Leo aterrorizado como la Policía de Castellón detiene a un conductor que septuplicaba la tasa de alcoholemia al volante de su vehículo, rozaba el coma etílico, pero conducía un coche. Equivocadamente pensaba yo, que con ese nivel de alcohol en sangre no sólo no se podía conducir, sino que debe ser difícil seguir con vida. Cada poco tiempo la Guardia Civil informa de conductores interceptados a más de 200 Km/hora por autopistas o autovías. Las multas para unos y otros alcanzan una importante cuantía económica y la retirada del permiso de conducir durante un tiempo determinado, nada más, poca sanción para el daño que pueden llegar a producir.

Mientras tanto, la desproporción con infracciones menores, clama a todos los cielos si establecemos la comparación.

Radares situados de forma estratégica en cunetas, o vehículos de policía local que te sacan una bonita instantánea si detienes tu vehículo en doble fila para que baje tu hijo en la puerta del cine, hacen su agosto recaudatorio, se mira la caja mucho antes que cualquier otro concepto.

Alguien que conduce cuando no es capaz de tenerse en pie, o al que un radar “caza” a más de 200, no debería volver a ponerse al volante de un coche, de un ciclomotor o de una bicicleta, así de fácil. Urge una nueva reforma de la normativa de las penas por estos delitos, no es el único, pero si el camino más corto y rápido para poner freno a actitudes de este tipo.

Se realizan campañas para concienciar acerca de la importancia de la seguridad vial, el cumplimiento de las normas y las consecuencias de nuestros actos. Se realizan campañas en colegios y con colectivos jóvenes, pero por más esfuerzos que se hagan, hechos como los relatados, demuestran que sólo penas ejemplares (si, pisar la cárcel o perder el carné de por vida) pueden hacer que uno se lo piense a la hora de conducir bajo penosas circunstancias o pisar el acelerador sacando el pie por el radiador. Piense en que el “fenómeno” que septuplicaba la tasa de alcoholemia pudo saltarse un stop, un paso de cebra o un semáforo, por el que en ese momento pasase usted, o su hijo, o su madre. Pues ese “fenómeno” pagará una multa y volverá a conducir, dentro de no mucho....

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