El valor de estar sin estar

A poco más de un año para la próxima contienda electoral parece que vale más la pena no hacer ruido y pasar de perfil sobre la actualidad política que batirse el cobre en primera línea de fuego. Eso que se llama el desgaste, en un político de primer nivel , puede significar en cuestión de horas pasar del honor al olvido.

De que el Partido Popular es el principal partido de la Comunitat Valenciana no cabe ninguna duda en número de escaños y votos. Que sufrió más que un severo revés en mayo de 2015 es indiscutible . Que dentro de las nulas opciones de maniobra que las masas críticas de Génova 13 les están dejando hacer están defendiéndose como gato panza arriba y están liderando la oposición en les Corts Valencianes, sin lugar a dudas. Aún a pesar de librar la batalla política de una manera directa al gobierno del Botànic y en disparar un misil mediático, destapando la financiación irregular del PSPV y del Bloc en la campaña de 2007 , tales resultados parecen no beneficiarles de manera demoscópica.

Los populares valencianos viven relegados a la sombra de Rajoy, a quien tener una agenda valenciana propia nunca le ha importado, en la que tener cargos de primer nivel valencianos ha sido siempre su carencia y donde el gallego presidente nunca ha sido un adalid de los detalles. Vino a la Capital del Turia a la reunión del Partido Popular Europeo y no pudo sacar 30 minutos para marcarse algún acto propio en Valencia . Además, parece ser que en la presentación de los PGE 2018 la Comunitat, un año más, pasará sin pena ni gloria.

Ya se han publicado las nulas ayudas al transporte metropolitano, las nulas ayudas para el transporte ferroviario nocturno o el mantener en el purgatorio la tramitación de la reforma del Estatut d´Autonomia….Todo tiene su sentido, cuando no existe una corriente política valenciana, hablo de corriente no de partido , para ver si los diputados adscritos a fuerzas nacionales se dan por enterados, que negocie los presupuestos con el Gobierno en clave valenciana. La postura de Compromís, del no es no con Rajoy, aparte de demagógica, le pasará factura seguro. Se negocia con el Gobierno de España, que es quién tiene la llave de la caja, no se negocia con siglas políticas que te caigan mejor o peor.

A la sombra se mantienen los chicos de Rivera . Los que no se meten en jaleos, los que no gobiernan y, por ende, no sufren ningún desgaste. Los que la “ola catalana” de ser líderes de la oposición, en una situación política dantesca, les hace estar en la cresta de la ola nacional. Donde Populares y Socialistas viven en estos tiempos de política «mass media» con la etiqueta de partidos agotados y los nuevos que venían a cambiar el mundo; los Podemos, Compromís... han demostrado peores vicios que los anteriores. Es que eso de tocar poder, mola.

A la coalición naranja, al contrario que a los populares, la demoscopia les sonríe. Al final parece que el estar calladito y no montar gresca puntúa.