Alberto Caparrós - CRÓNICAS SABÁTICAS
La semana de pasión del PSPV y Compromís
«Ximo Puig y Mónica Oltra tienen la obligación de depurar responsabilidades a nivel interno»
«No se pueden dar lecciones sobre corrupción ajena si no se limpia la propia» . Así terminaba el editorial que ABC publicaba este sábado con el título de «La Gürtel de los socialistas valencianos» .
La investigación abierta por cuatro juzgados (dos de Madrid, uno en Gandía y otro de Benidorm) por la supuesta financiación ilegal del PSPV-PSOE y del Bloc Nacionalista Valencià ( principal socio de la coalición Compromís ) ha supuesto un duro golpe a la línea de flotación de las dos formaciones que gobiernan la Comunidad Valenciana justo en la recta final de la legislatura.
Los partidos que lideran Ximo Puig y Mónica Oltra han rebatido de forma recurrente las críticas a su gestión con las alusiones a los casos de corrupción del Partido Popular. Ahora, conforme muestra la documentación publicada los últimos cuatro días por ABC , fruto de un formidable trabajo periodístico desarrollado durante meses por Rosana B. Crespo , socialistas y nacionalistas valencianos habrían camuflado como gastos electorales las donaciones o pagos realizados por diversas empresas adjudicatarias.
Un «dopaje» -cambien Orange Market por Crespo Gomar - que se asemeja al de la trama Gürtel que asoló la reputación del PP y que se añade a la que en su día el presidente de la Generalitat calificó de «hipoteca reputacional» que pesa sobre la Comunidad Valenciana, con pagos de preservativos y avionetas bajo sospecha incluídos.
Por si a algún lector le ha pillado en las procesiones o en la playa, cuatro juzgados investigan una presunta trama que relacionada con los dos partidos que gobieran hoy la Generalitat por los presuntos delitos de falsedad documental, prevaricación, malversación y delito electoral -aunque este último habría prescrito-.
PSPV y Compromís armaron su discurso para desalojar al Partido Popular de las instituciones con la misma estrategia que ahora emplean los populares desde la oposición. Nada nuevo, pues, en una autonomía salpicada de casos de corrupción en la última década y en la que los juzgados han gozado de mayor protagonismo que el Parlamento.
Ximo Puig y Mónica Oltra , cabezas visibles del «pacto del Botánico» , han marcado distancias ante la gravedad de los presuntos delitos que se investigan, pero ambos, como líderes del Gobierno autonómico y de sus respectivos partidos, tienen la obligación de depurar responsabilidades a nivel interno. Al igual que ambos han reclamado con insistencia a la presidenta del PP de la Comunidad Valenciana, Isabel Bonig .
Ni J osé Manuel Orengo -a día de hoy asesor de Presidencia de la Generalitat- es un extraño para Puig, ni Oltra acaba de conocer a Enric Morera -líder del Bloc en la etapa investigada y actual presidente de las Cortes Valencianas-.
PSPV y Bloc-Compromís han pasado su particular Via Crucis esta Semana Santa. Un periodo vacacional y de nula actividad política. Pero cuando el martes vuelva a salir el sol, su particular semana de pasión habrá acabado pero el problema no habrá desaparecido.
A ambos les quedará el consuelo de que el goteo de casos que todavía restan por dilucidar en las filas del PP (empezando este miércoles, cuando el Supremo revise las condenas del caso Fitur ) volverá a acaparar los titulares. Cinco días más tarde debería hacerse efectiva la dimisión en diferido del alcalde de Alicante, el socialista Gabriel Echávarri , a quien veremos dos veces sentado en el banquillo de los acusados.
Un contexto ante el que, a un año de las elecciones autonómicas y municipales, Ciudadanos se frota las manos. A Albert Rivera solo le queda elegir el candidato a la Presidencia de la Generalitat.
