Embalse del Amadorio en la provincia de Alicante
Embalse del Amadorio en la provincia de Alicante - JUAN CARLOS SOLER
Análisis del Laboratorio de Climatología de la UA

Las reservas hídricas en la Comunidad están 161 hectómetros por debajo de la media de la década

Temporales como el de diciembre -que no compensa la sequía récord- serán cada vez más frecuentes y su impacto solo se puede remediar con parques inundables como el de Marjal en Alicante

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Las reservas de agua en los pantanos de la Comunidad Valenciana se encuentran 161 hectómetros cúbicos por debajo del promedio de la última década, exactamente en 719, cuando ese nivel acumulado de las cuencas del Júcar y el Segura en este territorio se encontraba en 880 hectómetros. Por lo tanto, las últimas lluvias e incluso el temporal de diciembre apenas han paliado la sequía acumulada.

Ni siquiera con la referencia del medio plazo de un año se han notado esas precipitaciones, ya que al arrancar 2016 había en los embalses 73 hectómetros más que en estos momentos.

«La cuestión es que venimos de tres años últimos muy secos (desde 2014) y este año que acaba de cerrarse (2016) hubiera batido récords de poca lluvia en buena parte de la Comunidad Valenciana y de Murcia, de no haber sido por las lluvias acumuladas en apenas 30 días, entre el 15 de noviembre y el 20 de diciembre», describe Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología del Instituto Interuniversitario de Geografía de la Universidad de Alicante.

Con estos datos y los recientes episodios de precipitaciones torrenciales, ¿cuáles son las perspectivas para el futuro? «Este tipo de temporales de lluvia no son raros en nuestro territorio, aunque, eso sí, poco frecuentes, especialmente tan a finales de otoño», explica Olcina, que descarta que se puedan achacar al cambio climático por falta de «datos suficientes».

No obstante, «los modelos de cambio climático señalan que nuestro clima tiene a hacerse más extremos en las próximas décadas, por efecto del calentamiento. Es decir, que este tipo de temporales de lluvia tan concentrada en pocos días serían más frecuentes en las próximas décadas», augura este especialista, aunque matiza que se trata del «medio y largo plazo».

Medidas de choque

Preguntado por las medidas que se pueden adoptar para evitar los destrozos que causan estas precipitaciones tan abundante en poco tiempo, que en el episodio más reciente ocasionó 209 millones de euros de pérdidas solo en la agricultura, Olcina describe las dificultades.

«El problema es que temporales de lluvia tan concentrada son difíciles de gestionar: nuestro territorio no está preparado para afrontarlas, por eso se producen inundaciones», señala, además de que «o hay posibilidad de construir más embalses en la cabecera de los ríos porque ya están construidos».

Por eso, apunta que «lo único es preparar las ciudades de nuestro litoral para afrontar este tipo de lluvias concentradas. Por ejemplo, con la construcción de depósitos pluviales de gran capacidad o, como se ha hecho en la ciudad de Alicante, la construcción de parques inundables como el de La Marjal, que eviten las inundaciones en áreas urbanas».

Además, exhorta a cumplir «escrupulosamente» la legislación del suelo vigente (Ley de 2015), el PATRICOVA, y la reciente modificación del Reglamento de Dominio Público Hidráulico (diciembre de 2016) que impiden, todas estas normativas, la construcción en zonas inundables. «Cumpliendo estas normativas sería suficiente para evitar la ocupación de zonas inundarles», concluye Olcian.

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