Puig: «Ayudaré al PSOE desde la lealtad, y ser leal es decir lo que se piensa siempre»

Avenencia a respetar las directrices del partido a regañadientes, y apoyo al candidato con la boca pequeña. Así se pueden interpretar las declaraciones de este domingo del presidente de la Generalitat Valenciana y secretario general del PSPV-PSOE, Ximo Puig, que parece empeñado en darse a conocer en los informativos nacionales como el verso suelto de los socialistas, con permiso de Guillermo Fernández Vara o Eduardo Madina.

Puig, dolido aún por el «no» de Ferraz a su idea de pactar una lista al Senado con Podemos y Compromís, ha reconocido que el PSOE «tiene que hacer un gran esfuerzo» ante las elecciones, y que su contribución será desde la «lealtad» al partido. Eso sí, a renglón seguido ha matizado: «Ser leal es decir lo que se piensa siempre, y desde esa perspectiva saben que cuentan conmigo».

El valenciano lleva todo el fin de semana dando explicaciones sobre su ausencia del acto en el que se proclamó a Pedro Sánchez candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno, y que se ha interpretado como una forma de visualizar su malestar con el veto a su lista conjunta (por no hablar de que, en Madrid, a Puig se le tiene por el portavoz oficioso de Susana Díaz). Este domingo ha ahondado en sus explicaciones, que el viernes se limitaban a su agenda institucional: «Yo nunca he entendido la unión como la uniformidad, estamos en un mundo en el que las cosas son de muchos colores y la fortaleza está precisamente en la aceptación de la diversidad».

«Pluralidad ideológica y territorial»

Unas declaraciones que se pueden entender tanto como una justificación a la división de opiniones en el PSOE, como una loa al Gobierno autonómico «de mestizaje» que se precia de presidir, y por extensión a sus planes de concurrir junto a sus socios en la candidatura al Senado. A juicio de Puig, el «pensamiento único y la homogeneización han fracasado», por lo que hay que ir «asumiendo todas las diversidades tanto desde el punto de vista de la pluralidad ideológica como de la territorial», que a su juicio sirve también como clave interna para el PSOE.

Eso sí, para no echar más leña al fuego, el presidente valenciano ha matizado el entusiasmo de su socia y vicepresidenta, Mónica Oltra, que el sábado aún confiaba en poder alcanzar un pacto al Senado (el propio Puig dijo el viernes que exploraría todas las opciones, cuando Ferraz ya lo había vetado). «Cualquier cosa que diga en este momento entraría en una dinámica que ya no contribuye a lo que es el objetivo, que es que haya cambio en España como lo hubo en la Comunidad Valenciana hace un año».