Vicente Ordaz - EL FARO

¿El problema valenciano?

«Ximo Puig se ha dado de bruces con la dura realidad»

Vicente Ordaz
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Rajoy estará el domingo en Valencia. Clausura el Congreso Regional de su partido que proclamará a Isabel Bonig Presidenta por los próximos cuatro años. No espero ningún anuncio “de calado” en favor de la Comunidad Valenciana, algo así como lo del martes en Barcelona; 4.000 millones “del ala” para trenes de cercanías. No ayuda este anuncio a su delegación valenciana, tampoco al presidente Puig, que ha contraatacado con un anuncio de reunión el 27 de abril con el ministro Iñigo de la Serna. Escaso bagaje y respuesta poco contundente, más que blanda.

No son los mejores tiempos para el tripartito. Por ¿primera? Vez Montiel amenaza en serio con hacer la puñeta al gobierno. Motivos no le faltan, y razón tampoco.

El ninguneo desde el Palau hacia el líder de Podemos en la Comunidad ha sido más que evidente, más que innecesario. Tanto asesor y en esto al parecer nadie ha caído. A lo mejor alguno ahora piensa. Quizá sea tarde.

El caso es que Puig se ha dado de bruces con la dura realidad. Casi dos años de legislatura, caray como pasa el tiempo, escaso bagaje legislativo, las políticas de Marzá rompiendo la línea de flotación, y hasta el eslogan “rescatar personas” que impulsó a su gobierno en el inicio del mandato, hecho añicos viendo como el número de asesores rompe plusmarcas conocidas o entidades tan sensibles como los Centros Espaciales de Empleo, aquellos que buscan ocupación a personas con discapacidad, acumulan impagos por cantidades millonarias. Como diría aquel “oiga que a mi me habían dicho que esto iba a ser otra cosa”.

Ahora toca luchar, con todas las letras del verbo, las inversiones para la Comunidad. Esta semana, Cataluña + 4.000. Puig anunció batalla, incluso crear el problema valenciano en Madrid. Tras dos años, ni problema, ni inversión, ni financiación. Si toda la visibilidad valenciana que es capaz de generar el consell es que el Ministerio de Educación amenace con llevar a la justicia el decreto de plurilingüismo, o que el gobierno avise de aspectos inconstitucionales en la Ley valenciana antideshaucios, vamos arreglados. Supongo que Ximo Puig girará la vista atrás, y apreciará la “sutil” diferencia que existe entre gobernar y “repartir” desde la oposición. Si además de tiempos pretéritos mira a los lados, verá que está sólo, que eso del mestizaje no funciona, que el tiempo pasa y que los compañeros de gobierno con los que se pactó en el botánico, hacen la guerra por su cuenta, y ese para Puig, no es un buen frente.

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