La plaga

Como una colonia de moscas de la fruta que toman una plantación y la dejan reducida a escombro y miseria. Así nos comportamos los seres humanos, al menos, durante las últimas fallas.

Lo de estas fiestas ha superado todos los récords. Patrimonio de la humanidad, récord de visitantes, de impactos mundial del evento, de peregrinación a la virgen, de mascletaes excepcionales, de castillos infinitos…. y de mierda. Mierda hasta las cejas.

Así es como hemos dejado la ciudad entre todos los que hemos disfrutado de las fallas este año. Si, tiene usted razón, unos son más responsables que otros. Igual usted, como yo, no tiró ni un papelito al suelo. Pero no me discutirá que, como colectivo, la humanidad se comportó durante estas fallas como una plaga.

Otro debate es si el ayuntamiento limpió lo que tenía que limpiar. Los de Ribó, por supuesto, dicen que sí. Pero eso es decir. Y decir que si es tan fácil como decir que no. O sea que da lo mismo.

Lo incontestable es que como colectivo nos comportamos como una piara de cerdos. No dejamos títere con cabeza. Tal es la cosa que tres días después de las fallas muchas calles siguen necesitadas de limpieza. Al punto que cuando caminas por ellas tus zapatos se quedan pegados al suelo. Lo nunca visto. Otro récord.

Sea como fuere, ahora toca limpiar. A ver si conseguimos que la ciudad recupere un aspecto presentable. Y, otra cosa. Es buen momento para pensar que se puede hacer de cara a próximos años.

Recuerdo lejanamente que en alguna ocasión se puso en marcha una iniciativa de recogida de residuos que premiaba a quien los entregaba en puntos limpios. Igual es buena idea hacer algo así otra vez. Y reforzar la dotación de papeleras. Y, por qué no, de multar a aquellos que confunden las calles de Valencia con un vertedero.

No es más limpio el que más limpia, lo es el que menos ensucia. Igual por eso hay que tomar medidas preventivas y por qué no sancionadoras, y con todo ello igual hasta podemos hacer frente a la plaga.