Alberto Caparrós - CRÓNICAS SABÁTICAS

Mónica Oltra: o contigo o contra ti

«Igual que la vicepresidenta es hoy una víctima en su momento lo fueron otros dirigentes de distinto signo político»

Imagen de archivo de la casa de González Pons vigilada por dos policías en 2013 ROBER SOLSONA
Alberto Caparrós

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La vicepresidenta de la Generalitat nos ha dicho a los valencianos que si tenemos la osadía de encontrar alguna similitud entre el detestable acoso que sufrió este jueves frente a su domicilio familiar con otros episodios parecidos en el pasado que tuvieron como víctimas a dirigentes del Partido Popular «le está haciendo cobertura al fascismo» . Mónica Oltra no nos deja otra opción . O estás conmigo o estás contra mí.

No resulta incompatible denunciar el execrable episodio protagonizado por un grupúsculo de ultras de extrema derecha (incapaces de representarse a sí mismos y que se esconden tras unas caretas ante la vivienda de la «número dos» del Gobierno valenciano) con haber hecho lo propio con otras acciones de corte muy semejante contra los dirigentes de la formación política con mayor respaldo electoral de la Comunidad Valenciana.

Oltra sostiene que lo que a ella y a su familia le tocó sufrir la noche del jueves «no fue un escrache». El diccionario de la RAE define escrachar como «romper, destruir, aplastar» y, en la segunda de sus acepciones, como «fotografiar a una persona» .

Video. Escrache a Mónica Oltra ABC

Para la vicepresidenta de todos los valencianos , «un escrache se produce cuando un colectivo de personas con una reivindicación política o social determinada protesta en determinadas circunstancias delante de un cargo político, además en cuestiones relacionadas en el ejercicio de su cargo, y lo hace a la luz del día y a cara descubierta» .

Por tanto, concluye Oltra, y copio literalmente la transcripción remitida por el Gabinete de Comunicación de la Generalitat , «que el que quiera equiparar y mantener la equidistancia entre lo que pasó el otro día en mi casa con las reivindicaciones de un colectivo social, que en un momento dado dijo basta a que en este país la gente se suicidara tirándose por las ventanas porque los bancos les estaban tirando de su casa, mientras estaban rescatando con dinero público a los bancos, quien compare eso le está haciendo cobertura al fascismo en esta sociedad y, por tanto, está alimentando una de las mayores amenazas que puede tener la democracia, que es el fascismo» .

Galería. Oltra sufre escrache por parte de un grupo de extrema derecha MIKEL PONCE

El acoso sufrido por la vicepresidenta de la Generalitat resulta repugnante y tiene visos de ser constitutivo de delito. Nadie en su sano juicio puede interpretar los hechos acontecidos la noche del jueves de otra forma. Al respecto, el Gobierno valenciano ya ha presentado una denuncia penal ante la Fiscalía y la Guardia Civil ya ha practicado las primeras identificaciones. Ahora solo resta desear que caiga todo el peso de la Ley contra los autores de tan intolerable acoso a una legítima representante de la soberanía popular.

El Partido Popular , conforme corresponde a una fuerza democrática y, en su caso, la de mayor respaldo ciudadano en la Comunidad Valenciana ( en 2015 cosechó 200.000 votos más que Compromís ), se ha solidarizado con la vicepresidenta y ha condenado el acoso al que fue sometida. Una posición que no resulta contradictoria con el recuerdo de los episodios en los que sus dirigentes fueron el objetivo de aquellos que no comprenden que la política se hace en el Parlamento, a través de los representantes escogidos libremente por los electores, y no en la calle a base de intimidaciones.

En el año 2013 a Esteban González Pons le aporrearon la puerta de su casa en el centro de Valencia cuando él no estaba . En el interior se encontraban sus hijos, que también se asustaron, conforme relató la propia Mónica Oltra que le pasó a los suyos este jueves . Aquel día empapelaron literalmente la fachada del domicilio de González Pons con sus fotos. Le pusieron en el punto de mira. Ni tan siquiera la «reivindicación política o social» a la que hacía alusión Oltra este viernes en su definición de «escrache» justifica aquella actitud. Como tampoco tenía un pase democrático que Rita Barberá , tan lejos como en abril del año pasado, apenas siete meses antes de fallecer, se encontrara en la puerta de su casa una pintada que con amenazas de muerte: «Al paredón» .

Mónica Oltra se siente, y no le falta razón, señalada por un grupo de ultras. A Rita Barberá le enviaron dos cartas en cuyo interior había sendas balas .

Un policía toma imágenes de la pintada contra Rita Barberá MIKEL PONCE

Establecer una comparativa entre estos hechos y los que sufrió en sus carnes Mónica Oltra este jueves - conforme ha hecho el PP - no significa dar «cobertura al fascismo» .

Ante los intolerantes, frente a los que preteden tomar desde la calle la justicia por su mano y contra a aquellos que llegan a confundir la libertad de manifestación con el asedio a un dirigente político en la puerta de su casa no hay distinción de colores. Igual que Mónica Oltra es hoy una víctima lo fueron en su momento otros dirigentes de distinto signo político pero tan legitimados como la vicepresidenta, que también merecen un respeto.

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